Facebook y Google tendrán que ‘dividirse’: los grandes oligopolios digitales

El mundo digital ha registrado un crecimiento exponencial. Compañías como Facebook, Google y Amazon han impulsado sus cifras de negocio en muy poco tiempo. Sin embargo, la regulación es aún compleja en el espacio digital y su presencia puede poner en riesgo la libertad de mercado. Pero, ¿cómo se llevaría a cabo esta operación?

Facebook
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La principal finalidad de las distintas legislaciones anti-monopolio es asegurar el libre mercado y evitar que una sola empresa sea la que cope la totalidad de él. Si esto ocurre, el cliente no tiene otro remedio que consumir aquel producto o servicio, independientemente de si está de acuerdo o no con la calidad-precio ofrecida o con los valores que transmite la organización.

Uno de los espacios que ha crecido de una forma más espectacular durante los últimos años es el mundo digital. Empresas como Facebook, Google o Amazon han conseguido crecimientos exponenciales, que por nada eran previstos hace unos años. Con todo, la regulación de un espacio que no es físico y en el cual las personas y empresas se pueden mover sin restricciones, es muy complicado.

Por ese motivo, algunas voces han propuesto la partición de estas empresas. Primero, fueron congresistas próximos al Partido Demócrata, como Elizabeth Warren, Amy Klobuchar o John Delaney. Ahora, este mismo partido, gracias a la mayoría que dispone en el Congreso, ha promulgado el inicio de una investigación para determinar si estas empresas ponen en riesgo la libre competencia y, por, lo tanto, es necesario trocearlas.

¿Cómo se llevaría a cabo esta operación?

No es la primera vez que en Estados Unidos se obliga a unas compañías a fragmentarse para evitar una excesiva concentración del mercado en ellas. En este caso, podría ocurrir que se obligara a Facebook de desprenderse de Instagram y Whatsapp, de forma que cada una quedaran como compañías independientes. Del mismo modo, podría forzarse a Amazon y Whole Foods a separarse. Se busca, también, que una misma empresa no sea la que produce un bien o presta un servicio y, a la vez, lo distribuya u ofrezca. Lo mismo podría ocurrir con Google y algunos de sus servicios.

La finalidad, pues, es evitar la concentración de actividades en una sola compañía. Se hizo en el pasado con empresas pertenecientes a la telefonía o el petróleo, por ejemplo. Por ese motivo, no es una posibilidad que menospreciar, al contrario. Por un lado, desde el Partido Republicano, no sienten una especial simpatía hacia unas empresas gobernadas por personas de un espectro ideológico, en general, alejado del suyo. Por el otro, a los Demócratas tampoco les acaba de convencer que consigan unos beneficios exorbitados pero un retorno proporcionalmente reducido en materia recaudatoria.

Para completar con éxito la operación, según distintas propuestas, todo el proceso se desarrollaría bajo la supervisión de unos reguladores creados de forma específica con esta finalidad. A la vez, se prohibiría la posibilidad de compartir datos con terceros, para mantener la privacidad establecida en las distintas regulaciones de protección de datos.

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