La batalla de las botas Uggs: cómo una firma de EEUU se hizo con la marca de los fabricantes en Australia
La compañía estadounidense Deckers logró quedarse con la marca Uggs aunque nacieron en 1970 en Australia

Allá por 2014, las Uggs, unas gruesas botas de piel de oveja de ante, volaban de las estanterías de Norteamérica. Era casi imposible no encontrar estos zapatos en ciudades de todo el continente, en centros comerciales, en los patios de los colegios y en la calle. Fue tal el frenesí por estas botas de piel de oveja que la empresa matriz, Deckers Outdoor Corporation, una cotizada con sede en California, aumentó sus ventas un 15% hasta alcanzar la cifra récord de 1.800 millones de dólares, tras un crecimiento por encima de los dobles dígitos.
En el apogeo de su popularidad, la élite de Hollywood vestía estos modelos de calzado invernal y Deckers vendía sus zapatos a grandes almacenes de Canadá y Estados Unidos como Nordstrom, Bloomingdale’s y Dillards. ¿Por qué eran tan exitosas? Eran cómodas, ideales para los inviernos largos.
La historia de dos zapateros
Aunque el ascenso de Deckers fue eufórico, pronto se convirtió en el calvario de una empresa familiar de Sydney (Australia), que llevaba fabricando estas botas originales hechas a mano desde 1974. No fue hasta 1997, cuando este fabricante australiano recibió una demanda de Deckers, que había salido de las sombras y había adquirido la marca Ugg en 1995. El distribuidor australiano Brian Smith registró la marca en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos en 1995, mediante una serie de cambios.
La trampa estaba en que el ordenamiento jurídico australiano designaba al popular zapato mocasín como término genérico para este tipo de bota. Este tipo de bota era tan popular en Australia que fue registrada en el diccionario local como un término genérico. No fue así en otros países. Entretanto, Deckers protegió los derechos de autor en el extranjero y demandó a cuatro empresas con este tipo de bota, según indican los expedientes judiciales.
Esta laguna jurídica se convirtió a lo largo de los años en un dolor de cabeza para los pequeños fabricantes australianos de estos mocasines. Es más, en 2019, Deckers ganó un caso de infracción contra Eddie Oygur, otro fabricante local en Australia, tras argumentar que en Estados Unidos los clientes sólo reconocían a las Uggs como una marca, no un tipo de bota.