El BCE reducirá su cartera de deuda un 30%-35% complicando los planes fiscales del Gobierno de Sánchez
La reducción de entre un 30% y un 35% de la cartera de deuda del Banco Central Europeo (BCE) a partir del año que viene complicará los planes fiscales del Gobierno de Sánchez para 2023, que tendrá que acudir al mercado en busca de financiación, a un precio bastante más elevado, y en consecuencia, verá incrementar la carga de los intereses en los presupuestos generales del Estado. El BCE ha anunciado que va a empezar un proceso de descongestión de su balance, cargado fundamentalmente por la adquisición de deuda pública de los distintos estados europeos con motivo de la pandemia y después a raíz de la invasión de Ucrania por Rusia, que ha disparado el precio de la energía y de los alimentos hasta empujar la inflación al 10% de media en Europa, un nivel jamás visto desde la creación de la Unión Monetaria y la fundación del euro.
Producto de esta inusual política de expansión monetaria con el fin de paliar los efectos de la crisis, el BCE acumula en su balance hasta 5 billones de euros en bonos emitidos por los países miembros que ha ido comprando paulatinamente, permitiendo a los estados financiarse a coste cero hasta un punto indeseado, según las fuentes consultadas. La razón es que, gracias a esta inyección de liquidez, se han puesto en marcha demasiadas políticas procíclicas, fomentando el gasto estructural y alimentando la inflación, que es lo que el banco central ha decidido combatir desde julio con sus subidas reiteradas de tipos de interés, que se mantendrán al menos durante el primer semestre de 2023.
Del total de los 5 billones de euros en poder del BCE, 450.000 millones corresponden a la adquisición de deuda pública española, uno de los países más beneficiados junto a Italia de la relajación monetaria. Pero esta estrategia ha tocado a su fin. La institución con sede en Fráncfort está muy preocupada con la dimensión que ha alcanzado su balance, y está determinada a reducirlo progresivamente hacia límites razonables y más manejables. Este cambio de estrategia hará la vida mucho más difícil a los gobiernos europeos, principalmente a los más expuestos por el alcance de su deuda pública. Entre los llamados países grandes, destacan dos: España, cuyo endeudamiento sobre el PIB es del 113%, e Italia, donde ronda el 150% del PIB, aunque con la diferencia sustancial de que los pasivos italianos están en manos de los propios residentes, mientras que la amplia mayoría de los tenedores en el caso español son extranjeros.
Hace un par de meses que la reducción del balance del BCE ha sido discutido en el seno de gobierno de la institución con motivo de sus reuniones periódicas para decidir sobre la política de tipos de interés. Lo que hasta ahora no se conocía, y que desvela OKDIARIO, es que esta disminución será de entre un 30% y un 35% y que probablemente se comenzará a implementar durante el segundo trimestre del año que viene. El pasado viernes, y a lo largo de su intervención en el primer Foro de Economía de OKDIARIO celebrado en Madrid, el vicepresidente del banco central, Luis de Guindos, se refirió al asunto señalando «que esta es una operación delicada, que debe acometerse con mucho cuidado, evitando por todos los medios provocar distorsiones y efectos negativos en el mercado».
El principal de todos ellos es el de complicar la vida política de los gobiernos, que a partir del año que viene tendrán que buscar financiación abiertamente en el mercado, y por tanto a un precio elevado, con lo que representa de coste adicional para los presupuestos del Estado y la restricción correspondiente a la hora de desplegar políticas como las que se han venido impulsando hasta la fecha. Esta situación será especialmente crítica en el caso de España, donde el Gobierno de Sánchez ha presentado las cuentas públicas más expansivas de toda su legislatura, ha disparado el gasto social más que nunca y ha adoptado decisiones de gasto estructural que pueden convertirse en un lastre para el futuro, como la revalorización de las pensiones un 8,5% para 2023.
El Consejo de Gobierno del BCE se reúne el próximo 15 de diciembre para decidir sobre la próxima subida de los tipos de interés, que oscilará entre el 0,5% y el 0,75%. Varios de sus miembros se han pronunciado ya en favor de frenar temporalmente la escalada -de 200 puntos básicos hasta la fecha-, en sintonía con lo que parece que va a ser la nueva táctica temporal de la Reserva Federal de Estados Unidos. En dicha reunión también se discutirá sobre la estrategia de reducción del balance del banco y su ritmo de puesta en marcha, para ir dejando de renovar a su vencimiento la deuda explosiva acumulada a lo largo de la crisis.