Ruud, el alumno que discute a Nadal el título de rey de la tierra

Rafael Nadal ha llegado, a lo largo de su carrera, a 14 finales de Roland Garros. Más allá de que aún no sabe lo que es perder en las 13 disputadas hasta el momento, la decimocuarta, como se conocerá su título en caso de levantar los brazos el domingo en París, cuenta con algo que nunca antes había vivido el rey de la tierra batida. En el otro lado de la pista, como contendiente, estará Casper Ruud, quien para Rafa, más allá de un tenista peligrosísimo, especialista en arcilla –el que más victorias, finales y títulos tiene en los últimos dos años– y top-8 mundial, es un miembro de su academia.

Ruud, tenista más que prometedor desde categorías inferiores, ha vivido un camino más embarrado en cuanto al ascenso a la élite que compañeros de generación como Tsitsipas o Zverev. El suyo es un ejercicio de superación tras no colmar las expectativas y una decisión, tomada en 2018, que cambió su vida e inicio el camino hacia el triunfo en la élite de la ATP. En esa fecha, el noruego pasó a formar parte de la Rafa Nadal Academy. 

Allí, Casper se puso a las órdenes de los técnicos de la academia, con la supervisión de Toni Nadal, y Pedro Clar, que sigue formando parte de su equipo, se convirtió en entrenador a tiempo parcial, como segundo del organigrama de Ruud por detrás de Christian, el padre del tenista, que ya había hecho una carrera más que decente en la ATP.

Ruud pasó a entrenar en la academia de su gran ídolo y su progresión fue ampliándose en un 2020 en el que, en medio de la pandemia, el nórdico comenzaría el año estrenándose entre los 50 primeros y lo finalizaría desde el puesto 27 del ranking ATP. Ya muy a tener en cuenta por sus cualidades en tierra batida, Casper dejó paso a una versión aún mejor en 2021, que significó su explosión definitiva. Cinco títulos ATP bajo el brazo y un final en el puesto 8 del ranking que aún conserva en el presente Roland Garros. 

La explosión del alumno Ruud

Con 23 años recién cumplidos, Ruud llegaba a 2022 como una de las raquetas de referencia, un papel diferente y complicado de asumir para los jóvenes, pero que Casper ha sobrellevado a las mil maravillas, como demuestran sus resultados. Otros dos entorchados ATP, Buenos Aires y Ginebra, ambos en arcilla, y su estreno en finales de Masters 1000, en Miami ante Alcaraz, y en Roland Garros frente a un Nadal al que se refirió tras colarse en el encuentro por el título.

«Es el último de los jugadores del top del mundo con los que nunca he jugado. Será un momento especial para mí y posiblemente para él también, ha jugado muchas finales pero esta vez es con un alumno de su academia», relataba Ruud, aún algo tímido ante la extraordinaria escenificación de Roland Garros, un templo de culto para todo tenista y más para Casper, especialista indiscutible en tierra batida.

Especialista en tierra batida

Si decimos que Casper Ruud es fundamentalmente terrícola es porque los resultados así lo atestiguan y sus condiciones sobre la pista ejercen de elemento confirmatorio. Siete de sus ocho títulos ATP han llegado sobre tierra batida, donde su derecha, su mejor golpe con diferencia, adquiere una dimensión superior gracias a los efectos y la variedad de tiros que atesora. El revés, muy mejorado, sigue siendo su punto débil, pero la lentitud de las canchas de arcilla le permite sobrevivir mejor a base de pelotas altas y de invertirse para golpear con el drive.

Nadal aún no se ha enfrentado a Ruud en partido oficial, pero como se encargaba de confirmar la academia en la que ambos se entrenan tras la confirmación de la final de Roland Garros, sí que sabe a la perfección cómo se emplea el noruego en pista. Rafa, además, habla maravillas de él. «Casper es uno de los candidatos a ganar cada torneo sobre tierra batida en el que juega. Le tengo un gran respeto, en primer lugar como amigo, también como jugador. Ha hecho grandes cosas en estos últimos años. No es ninguna sorpresa».