La resurrección de Jesé: vuelve a sonreír con su mejor versión en Las Palmas

Titular indiscutible, goleador y asistente. Y lo que parece más importante, centrado exclusivamente en el fútbol. Jesé Rodríguez lo ha conseguido, al menos en pequeña muestra, pese a que muchos ya le daban por perdido entre escándalos con sus parejas y demás elementos extradeportivos. Su talento ha vuelto a florecer en su casa, en la Unión Deportiva Las Palmas, donde vuelve a sonreír y lidera un proyecto que tiene como sueño común el ascenso a Primera, la categoría que corresponde a esta versión del ’10’.

Parece que ha pasado toda una vida desde que Jesé despuntara en el primer equipo del Real Madrid, con Carlo Ancelotti a los mandos y después de una temporada magnífica en el Castilla en Segunda División. La explosión de un jugador hasta entonces talentosérrimo pero controvertido llegó pronto, pero lo que le mató fue la lesión de ligamento cruzado, en su punto álgido. Tenía 21 años recién cumplidos y nunca volvió a ser el mismo.

La lesión le dio tiempo y le alejó de la competición, y a su vuelta, inmerso en el periodo necesario para ponerse al 100%, su confianza se cayó a la vez que comenzaron a hacer mella las distracciones extradeportivas. Sus romances y flirteos con el reggaeton le impidieron volver a escalar una torre que acabó por derrumbarse con su salida del Real Madrid, rumbo al PSG a cambio de 25 millones.

Ahí empezó un camino por el desierto en el que múltiples problemas, con y sin culpa, le hicieron parecer el jugador que no era, un futbolista que deambulaba por los equipos sin continuidad, pena ni gloria, hasta resetear, parar y encontrar un regreso a Las Palmas en el que le ha cambiado la vida. El Jesé defenestrado comenzó su mutación en la segunda mitad de la pasada temporada, volviéndose a reencontrar con el fútbol de élite, hasta su explosión en el inicio de la 21-22.

Feliz en Las Palmas

Desde el pistoletazo de salida a la presente campaña, Jesé acumula unas cifras que le colocan como uno de los mejores futbolistas de la Liga Smartbank, con ocho partidos disputados –los dos primeros como suplente, el resto como titular– y tres goles anotados. Jesé vuelve a ser determinante cara a gol, pero también creador de juego, como demuestran las cuatro asistencias que decoran sus estadísticas, dos de ellas en la última cita de Las Palmas ante el Cartagena, donde lideró el triunfo de la Unión con un tanto de bellísima factura y dos pases de gol, uno de ellos tras jugada magistral.

Jesé, en esta forma, es un auténtico lujo para el espectador, para el equipo y para la Segunda División. Si consigue mantener el nivel mostrado hasta ahora su hueco está en Primera, en la élite, de donde nunca tenía que haberse marchado y a donde apunta ahora, con 28 años y con la madurez de su descenso a los infiernos antes de volver a sentirse futbolista.