Sus peores datos goleadores

Radiografía del peor Messi: 45 disparos y sólo 4 goles… de penalti

Los números hablan por sí solos y demuestran que estamos ante el peor Leo Messi. Lleva 45 disparos en nueve partidos y solo fue capaz de anotar de penalti

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Messi, en el partido de Champions contra el Dinamo de Kiev. (AFP)

Algo anda mal con Leo. Desde que comenzara esta temporada 20/21, otra de las más atípicas de la historia, Messi no ha vuelto a demostrar el nivel que lleva atesorando la última década y media. El gran Leo, el argentino de los récords, de Balón de Oro, del The Best… reducido al punto de penalti. El 10 ha dejado de transformar cada acción de peligro que pasaba por sus botas en gol, a limitar su aportación numérica para el equipo a los lanzamientos desde los 11 metros. Cuatro goles suma este curso en nueve partidos, los cuatro de pena máxima.

Son muchos los condicionantes a los que se puede recurrir para intentar explicar qué pasa con Messi. La edad es un losa cada vez más pesada, sus 33 años no son baladí ya en estos debates, como tampoco no lo es todo lo que vivió en la recta final del verano, con el desplome del equipo en la Champions League, el patadón a sus amigos del vestuario y el portazo que recibió cuando intentó salir. Todo pesa, todo repercute, y esta temporada parece hacerlo con más fuerza que nunca en la figura del delantero culé.

Leo Messi lo ha jugado todo hasta el momento de la mano de Ronald Koeman. Parece que la sintonía entre el holandés y el argentino es real, se gustan, se respetan. Algo que no siempre suele pasar cuando en la ecuación está Leo. Koeman confía plenamente en el fútbol del 10 y de ahí que haya sido titular en los nueve partidos de la presente campaña de este Barça, en los que ha jugado todos y cada uno de los minutos (810′).

En las estadísticas de Messi hasta el momento, con un buen foco que analizar tras nueve partidos, aparece un dato estremecedor a tenor de la figura del argentino. El 10 culé lleva hasta el momento 45 disparos hasta la fecha, una media de cinco disparos por partido, en los que solo ha logrado hacer efectivos cuatro de ellos, los cuatro desde el punto de penalti, con la mirada del portero como única presión del rival. El resto, al olvido.

La estadística no queda ahí. De los 45 disparos que lleva el argentino, 41 han sido en acciones ajenas al punto de penalti, en jugada, al contragolpe, balón parado… en todos fue impreciso y errático. 28 disparos fueron tras jugada, todos abortados. Sorprende sobremanera el dato que dejan los tiros libres, una especialidad que siempre se le fue atribuida con anterioridad a Messi, por su alta efectividad, que esta temporada parece haberse diluido: lleva 13 lanzamientos errados.

La precisión de Messi parece haberse desplomado bajo cero. De los 45 disparos, 11 fueron directamente fuera, uno se estrelló con la madera, otros 11 bloqueados por la zaga y un total de 23 fueron entre los tres palos donde se topó con el portero. Son solo números, datos que reflejan el desplome de un futbolista asociado con el gol que ahora parece desligarse de él.

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