Nico González llega con un gol debajo del brazo
El argentino marca el 2-0 definitivo y es clave en la primera victoria del Atlético en la temporada
Barrios marcó el 1-0 en la primera parte tras un toque de espuela de fantasía de Julián
Las lesiones de Hancko y del propio Hancko, las malas noticias a cuatro días de visitar Anfield


Nico González ha llegado con un gol debajo del brazo. El argentino ha caído de pie en el Atlético y en su estreno no sólo ha sacado una nota alta, sino que ha coronado su debut con un testarazo que sirvió para ampliar la ventaja de su equipo en el momento en el que más peligro corría el resultado. Primera victoria rojiblanca de la temporada, tres puntos terapéuticos para calmar la tempestad y afrontar con otro talente el debut en Champions del próximo miércoles ante el Liverpool. Al Villarreal, en cambio, se le acaba la imbatibilidad y abandona la nube en la que había arrancado la temporada.
El Atlético se sacudió los complejos en el vestuario y salió jerárquico al campo, dispuesto a borrar la palabra crisis de su vocabulario y convencido de que era superior a su adversario. Al Villarreal se le vino encima un ciclón y se le planteó un escenario que no había imaginado Marcelino en la previa.
El partido tardó poco en subir de pulsaciones y no necesitó ni siquiera consumir los diez primeros minutos para cantar el primer gol de la noche. Justo al paso por los nueve la presión alta de Giuliano forzó el error de Sergi Cardona, cuyo pase hacia atrás interceptó Julián, que convirtió el robo de balón en oro puro al habilitar de espuela a Pablo Barrios, que resolvió con un disparo cruzado. Un verdadero golazo para entusiasmar a la siempre fiel parroquia rojiblanca.
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Por cuarta vez en la temporada el Atlético se adelantó en el marcador y también por cuarta vez desaprovechó la oportunidad de doblar su ventaja en una salida explosiva de Llorente que acabó con Giuliano mano a mano con el portero. El Cholito lo hizo todo bien menos el disparo, que se le fue fuera, y ahí murió la última oportunidad doméstica del primer tiempo.
A partir de ese momento el partido se trasladó al área de Oblak. El esloveno ya se había llevado antes un sobresalto cuando se encontró solo ante Moleiro, pero al canario también le falló la puntería. El último Zamora de la Liga pidió explicaciones a sus compañeros, pero ya era tarde. El Villarreal tomó el mando del partido, con Pépé haciendo travesuras arriba, y de nuevo Moleiro tuvo el empate. No acertó con la portería, como tampoco el propio Pépé, que en la prolongación de la primera parte soltó un zurdazo tremendo en un saque de falta que impactó con violencia en el travesaño. El Atlético salvó el tipo justo antes del descanso, pero estaba claro que el acto final sería aún más exigente.
Julián se quedó en el vestuario, presumiblemente con problemas físicos, y le reemplazó el noruego Sorloth, que se fue arriba a formar pareja de ataque con Griezmann. El Villarreal percibió que había llegado su momento y se fue arriba a por el empate con argumentos lo suficientemente sólidos como para intimidar al Atlético, que dio un peligroso pase atrás que pudo haberle costado caro de no haber sido por otro robo de balón, ahora a cargo de Llorente, que volvió a resultar providencial porque esta vez el centro del madrileño encontró en el segundo palo la cabeza de Nico González, que se adelantó a Mouriño. Luiz Júnior no pudo hacer nada y el 2-0 subió al marcador en el instante en el que más se necesitaba.
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El segundo gol fue una losa que ya no pudo levantar el Villarreal. Marcelino tiró de banquillo para cambiar la dinámica, pero el partido navegaba ya hacia puerto rojiblanco. Lenglet llegó a marcar el 3-0 a los 70 minutos, pero fue anulado por una falta previa clara. Hubiera sido la sentencia, pero tampoco fue necesario porque el 2-0 había noqueado al submarino amarillo, que no fue capaz ni siquiera de aprovechar la lesión de Hancko, que había entrado por Ruggeri minutos antes, y que cayó ante Mouriño. Como en el Atlético nunca puede salir todo bien, ahora habrá que ver el alcance de los problemas físicos del eslovaco y de Julián. Todo eso, a cuatro días de visitar Anfield y con Alex Baena, Almada y Giménez aún en la enfermería.