Jordi Alba salva un punto para el Barcelona y el Madrid se acerca al líder (1-1)
Cuando todo hacía indicar que el Valencia saldría con los tres puntos de Mestalla y daría un golpe al líder, Leo Messi apareció a falta de ocho minutos para filtrar de gol a Jordi Alba y salvar un punto para el Barcelona. Tras una mala primera parte, donde Iglesias Villanueva invalidó un gol legal de Messi, el Valencia fue mejor tras el descanso y Rodrigo adelantó a los ché a la hora de partido pero el lateral dejó al conjunto culé a la misma distancia en Liga. El Valencia sigue a cuatro y el Real Madrid, que recorta dos puntos, a ocho.
Porque este no era un domingo cualquiera. En Mestalla se jugaba el partido más importante de la Liga porque había una cosa obvia: si el Barcelona ganaba al Valencia todo estaba sentenciado en noviembre. Hace varios meses era difícil prever que el conjunto valenciano fuera a estar metido en estos menesteres pero con Marcelino los milagros son posibles e incluso se fantasea con el título. Y después de la segunda parte de este domingo tienen motivos para echar la mente a volar.
En milagros también creía el Real Madrid antes de que comenzara a rodar el cuero en Mestalla. Nunca nadie ha remontado diez puntos en Liga para ser campeón pero hay alguien que no entiende de imposibles es el equipo de Zidane. Así que a más de 300 kilómetros de la capital del Turia se hacía fuerza para que el Valencia hiciera hincar la rodilla a un Barcelona con un inmaculado historial. El gol de Rodrigó también sonó en la capital de España.
Tras su empate ante la Juventus, muchos nostálgicos del juego pulcro pidieron mayor brillantez pero Valverde, volvió a ser fiel al pragmatismo que tan buen resultado le ha dado y volvió a apostar por un centro del campo de guerra para esta batalla. Busquets, Paulinho, Iniesta y Rakitic para vencer en esa trinchera. Esto y Vermaelen, que fue el sustituto del sancionado Piqué. Ante ellos, un Valencia que presentó su mejor traje para una cita donde había mucho en juego.
Eso sí, antes Mestalla guardó un emocionante minuto de aplausos en honor a Jaume Ortí, el presidente del mejor Valencia de la historia. Así que, mientras todo el mundo aún tenía la piel de gallina, comenzó a rodar el balón y el Barcelona a tener el control del esférico. La estrategia de ambos era clara: el Valencia, muy replegado, buscaba hacer daño a la contra mientras que los culés se defendían con el balón como mejor arma. Paulinho y Rodrigo fueron los primeros en crear peligro en un duelo que había comenzado más tranquilo de lo esperado.
Todo parecía un pacto de no agresión. Más por parte de un temeroso Valencia que del conjunto culé, que era el dueño absoluto del balón pero que tampoco creaba peligro. Y es que se había jugado casi media hora de juego y no había pasado nada. Pero, poco antes del 30 llegó el lío monumental. Todo aficionado al fútbol pedía acción y esta la puso el colegiado Iglesias Villanueva. Messi disparó desde el borde del área, el balón se le escapó al portero neto y éste botó de forma clara dentro de la portería. Pero el árbitro no lo vio y dejó seguir el juego. Mientras los jugadores del Barcelona celebraban un gol que no había subido al marcador, Zaza estuvo a centímetros de hacer el primero del Valencia. De locos.
Tras este suceso, que generará muchas horas de tertulia deportiva, el Barcelona siguió mandando y el Valencia ocupando todos los espacios posibles en su propio campo. El conjunto culé le estaba dando un baño de ambición y el recién renovado Messi estaba generando para sus compañeros las mejores ocasiones.
Rodrigo premia la valentía del Valencia
Tras el paso por los vestuarios la actitud del Valencia cambió. El equipo de Marcelino presionó en bloque alto y a la salida de un córner se reclamó un penalti por empujón de Umtiti a Kondogbia. El partido ganaba en quilates. Porque quizá esa era la táctica del técnico asturiano. Esperar en la primera y matar en la segunda. Y la afición lo agradeció. No se había llegado a los primeros cinco minutos de la segunda y Zaza había vuelto a tener otra bola de gol pero esta ser marchó rozando el palo de Ter Stegen.
Mientras tanto, el Barcelona también intimidaba. Ahora se estaba viendo un duelo de golpes donde cualquiera de los dos podía salir victorioso. Eso sí, el conjunto culé tenía al púgil que mejor pega, Messi, y al que mejor se defiende, Ter Stegen. El portero como suele ser habitual, salvó un balón de gol ante un Guedes que era un puñal por la banda izquierda. De los pies del extremo portugués nació el gol del Valencia. El luso se la cedió a Gaya que dobló la banda de forma notable y la puso para que Rodrigo la mandara para el fondo de la red de forma sobresaliente. 1-0. Había Liga.
Y a partir del gol el partido fue para el Valencia, que también reclamó otro presunto penalti cometido por Semedo por Guedes. El Valencia era otro y Mestalla disfrutaba (incluso despidió a Iniesta con una gran ovación). El Barcelona lo intentaba de forma tímida muy tímida y Valverde jugó sus fichas metiendo en el campo a Deulofeu, Denis Suárez y Aleix. En una intentona culé, entre Rodrigo y Guedes pudieron sentenciar en una jugada pero cayeron en el error.
Pero a falta de ocho minutos apareció Leo Messi. El argertino filtró un pase milimétrico para Jordi Alba que se vistió de delantero para llevar las tablas en el marcador. Zaza y Pereira pudieron hacer el segundo pero ahí murió el partido. Un duelo que deja al Valencia a cuatro puntos en la clasificación y al Real Madrid a ocho. Puede que el empate lo firmaban los dos equipos antes de empezar.