Guardiola, de la falsa modestia a la falsa pobreza

Guardiola, de la falsa modestia a la falsa pobreza
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Pep Guardiola, además de gurú, es un llorón. Pero no un llorón ocasional, no. Un llorón profesional, así como Bustamante en la época de Operación Triunfo. Guardiola llora más que Marco buscando a su mamá y al Gurú Pep le da igual si habla de política, de sus rivales o de los árbitros: él llora, llora y no deja de llorar.

Si todavía tuviera razón en sus lágrimas, pues oye, se entendería, pero la mayor parte de las veces Guardiola llora sin razón. Incluso a veces son llantos preventivos… para cuando le duela. Podrían sacar un muñeco en su honor: el bebé Pep, que llora si le abrazas, se le arrullas o si le acaricias y lleva unos pañales con la senyera de lo más independenhipster.

El último llanto de Guardiola –por cierto, uno de los entrenadores mejor pagados del mundo, si no el mejor– viene a cuento del fichaje de Vinicius por el Real Madrid. Al llorón de Pep le parece que es mucho dinero pagar 45 millones por un chico de 16 años. Collons, si pero le pareció estupendo pagar 37 por uno de 18, mucha diferencia no habrá.

Guardiola llora como si entrenara al Alpedrete o a la Gramanet, que le pega más. Pep llora como si su club fuera pobre… ¡¡¡y está en el Manchester City!!! Pero si su equipo se ha gastado en un verano, en el verano de su llegada digo, más que el Real Madrid en tres.

Curiosamente, hoy contamos en DIARIO MADRIDISTA que Guardiola se ha gastado en fichajes más de 400 millones desde que se fue del Barcelona, es decir, unos diez Vinicius más o menos. Nadie jamás le ha tildado de manirroto, ni cuando fichó al mítico Chigrinski por más de 30 kilos. Será porque la prensa siempre respeta mucho a los gurús y Pep es el gran gurú.

Quizá por eso ahora se permite la sobrada de llorar por un fichaje del Real Madrid y que muchos le bailen una sardana y le bañen en cava. Y así todos son felices y comen espetec. Pero para saber que Guardiola es un llorón no hace falta ni someterlo a referéndum.

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