Oblak complica al Valladolid

El Atlético de Madrid se llevó la victoria tras ganar por 1-0 al Valladolid en el Metropolitano. Un solitario tanto de Joaquín en propia meta le valió a los rojiblancos para sacar tres puntos en un partido en el que los colchoneros no ofrecieron su mejor versión.

Una jornada más, una jornada menos. La Liga está decidida, pero los colchoneros querían ganar para obligar al Barcelona a hacer los deberes de vencer frente al Levante si querían ser campeones este fin de semana. Para ello, el Cholo Simeone sacó un equipo competitivo para medirse a un equipo con necesidades. Oblak salió en portería, con Arias, Savic, Godín y Filipe Luis en defensa. Thomas, Saúl, Koke y Lemar formaban la medular y Morata y Griezmann actuaban de delanteros en el esquema.

Las imprecisiones reinaron en los primeros minutos. El Valladolid disfrutó de una gran contra que no supieron materializar, y la que tuvieron, estaba el de siempre. Oblak parecía haber salido de Vengadores Endgame para volar y meter los puños ante el tiro de Sergi Guardiola. Más tarde se volverían a encontrar y, de nuevo, el esloveno salió vencedor de la batalla. El Atlético comenzó a despertar de su siesta inicial y, liderados por Griezmann y Lemar, comenzaron a llegar los ataques colchoneros.

Probó fortuna Griezmann con la derecha tras una gran jugada de Morata, pero el balón se marchó fuera. Masip se interpuso en la siguiente intentona del de Macon, que trató de sorprender con una falta escorada. A partir de ahí, pocas ocasiones y poca emoción en el Metropolitano. El Atlético dominaba, pero parecían que los pucelanos podían hacer daño si la suerte caía de su lado.

Mala fortuna blanquivioleta

Con el 0-0 se llegó al intermedio y en los vestuarios hubo movimientos. Thomas no volvió al campo en la reanudación y Rodri entró para ocupar su puesto. Con el ’14’ volvió la estabilidad a la medular. El Atlético iba mejorando con el paso de los minutos y lo haría más cuando saltó Ángel Correa al terreno de juego. El argentino sustituyó a Filipe Luis, que apura lo que parecen sus últimos partidos como colchonero, y revolucionó el choque con sus eléctricos regates.

La defensa del Valladolid achicaba todas las llegadas de los rojiblancos. Griezmann la tuvo, pero se confió en exceso y apareció Calero para evitar el disparo del delantero francés. Su compañero en el eje de la zaga no tendría la misma suerte después. Un centro desde la izquierda de Saúl -que pasó al lateral zurdo con la marcha de Filipe- fue despejado por el central del cuadro blanquivioleta, con tan mala suerte que acabó batiendo a su propio portero. 

Salvador Oblak

Se adelantaba el Atlético pero el equipo que preside Ronaldo no se quería dar por vencido. Otros resultados de la jornada podrían dejarle al término de la misma en los puestos de descenso, y ya cada partido es una final. Entre ataque y ataque pucelano, se volvió a dormir Griezmann. Y entre llegada y llegada, Oblak defendía el fondo de su portería  como un artrópodo que no quieren que toquen su telaraña. Simeone agotaba los cambios, dando entrada a Vitolo y retirando a Morata. 

La tragedia se mascó cuando restaban tres minutos en el marcador. El Valladolid reclamó penalti, el colegiado no vio nada…pero desde el VAR sí. El árbitro acudió a verlo a la pantalla, pero tras un largo rato, determinó que la mano -o codo, mejor dicho- de Arias no debía ser castigada como pena máxima. Los del cuadro pucelano protestaron, pero no lograron nada. Se cumplió el tiempo reglamentario y en el descuento, Oblak volvería a hacer de las suyas para salvar los tres puntos con una mano providencial ante el disparo de Miguel de la Fuente.