Vence a Coric (6-4, 6-3) y luchará por el título en el Mutua Madrid Open

Alcaraz se regala otra final en Madrid

Carlos Alcaraz celebró su 20 cumpleaños de manera inmejorable, con una victoria (6-4, 6-3) ante Borna Coric y la final del Mutua Madrid Open

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Alcaraz
Alcaraz celebra un punto ante Coric. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Era un día especial en Madrid, que se está acostumbrado a ver, vivir y celebrar el cumpleaños de su nuevo gran ídolo. El 5 de mayo es una fecha marcada en el calendario como la del aniversario de Carlos Alcaraz, que llegaba a los 20 años en plena semifinal del Mutua Madrid Open. Como sucediera el año pasado –en octavos–, Carlitos quería premiarse con un buen regalo y qué mejor que una final, en el torneo de casa y con la oportunidad extra de revalidar el título logrado en 2022. Dicho y hecho, con cierto sufrimiento ante un notable Borna Coric, pero con una superioridad manifiesta, que unida a la determinación habitual, el ídolo español acabó con la resistencia del croata y pone el lazo a su regalo, una nueva final en Madrid.

Alcaraz venció con un resultado más o menos claro (6-4, 6-3), pero que resulta engañoso y necesario de analizar. Durante el primer set, aunque no mediaron breaks más allá del decisivo a su favor, Carlitos sufrió por la resistencia extrema de un Coric que a base de piernas y pelotas liftadas le desafió planteando un partido de pura tierra batida, que el español supo sacar adelante con notable. Una vez este primer parcial, de una hora de duración, estuvo en su bolsillo, Alcaraz se soltó y comenzó a dar espectáculo hasta que, con doble break, pudo cerrar definitivamente el encuentro y su consiguiente pase a la final, donde espera al ganador del Karatsev-Struff.

El hecho de cumplir años era algo que no podía descentrar a Alcaraz, ya con precedentes de este mismo día en dos años anteriores con partido en juego en Madrid. Durante la mañana, en el entreno previo, ambiente más distendido e incluso cánticos típicos por parte de los aficionados, que el español agradeció en primera persona. Sin embargo, a partir de su entrada en el Estadio Manolo Santana, aplausos masivos y vítores, pero ni rastro de felicitaciones. Todo concentración y una batalla por delante. El tiempo de celebración esperaría después.

Desgaste para Alcaraz y Coric

Alcaraz saltó concentrado a la pista, sabedor de que enfrente tenía un rival que no le iba a regalar nada. Borna Coric, con el que nunca se había medido, es un contrincante atípico si consideramos los tenistas a los que se había medido Carlos en el Mutua Madrid Open. Con menor potencia pero muchas piernas, su manejo de los efectos puso en aprietos de inicio a Alcaraz, que también ponía la carne en el asador, provocando una media hora inicial en la que apenas se disputaron cinco juegos.

Una vez llegado al ecuador, cualquier error podía decantar la balanza y Alcaraz, sin una sola mueca más allá de su concentración, subsanó algunos errores de fondo –hizo tres cañas sólo en el primer juego– y obtendría como premio un break que le iba a llevar en volandas hasta firmar contrato de propiedad del primer set. Coric no pudo hacer nada para evitarlo. Estuvo notable, sobresaliente por momentos en cuanto a planteamientos, pero su rival fue más sólido todavía, y mejor.

Alcaraz, feliz en su día

El segundo set tomó otro cariz, no desde el inicio inmediato, en el que ambos tenistas fueron agresivos para guardar su servicio a buen recaudo, sino a partir de los siguientes juegos. El cansancio empezaba a hacer mella, en el plano físico y mental, y los saques quedaban vulnerables a la espera de un zarpazo para consumar el robo. El primero lo dio Alcaraz, que cometió acto seguido el error de confiarse, algo que aprovecharía Coric para robarle de nuevo la comida. Era un toma y daca, crochés volando en un ring uno tras otro, pero Carlitos zanjó la lucha con algo cercano a un K.O.. Otro break suyo ponía fin a la alternancia, dejando la resolución en manos de su saque.

Carlitos, que muchas veces parece incluso inconsciente, había puesto la maquinaria del espectáculo a funcionar, dejando liderar primero a las dejadas para levantar al público, para dejar paso a su mejor golpe, el drive, en forma de dominador en el momento álgido de encuentro. Coric no encontró respuesta y, desactivado, acabó entregando la cuchara para confirmar una victoria de Carlos Alcaraz que, entonces sí, pudo festejar sobre la pista y ser –completamente– feliz en su día.

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