Ablación nerviosa: qué es y cómo funciona
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La ablación nerviosa es un procedimiento que se usa para aliviar el dolor crónico al interrumpir la función nerviosa de los nervios afectados. En 1931 se utilizó por primera vez para tratar un caso de neuralgia del trigémino . Desde entonces, la ablación nerviosa se ha vuelto cada vez más popular debido a la evidencia de sus beneficios. Veamos en qué consiste con más detalle y cómo funciona.
¿Qué es la ablación nerviosa?
La ablación nerviosa es un tipo de procedimiento por radiofrecuencia no quirúrgico y mínimamente invasivo que utiliza ondas para calentar los nervios que transmiten señales de dolor. Se usa para tratar una variedad de afecciones de dolor crónico, como la artritis de la columna.
Es tipo de procedimiento proporciona un alivio rápido del dolor con muy poco o ningún tiempo de inactividad. El tratamiento ayuda a la persona a sentirse y funcionar mejor para que pueda regresar al trabajo y a sus actividades diarias regulares.
La intervención de ablación nerviosa destruye fibras nerviosas o reduce su funcionalidad pero no sólo para aliviar el dolor o tratar algunas patologías crónicas sino que sirve también como anestesia dermatológica.
Las técnicas antiguas se realizaban mediante una intervención quirúrgica que permitía el contacto directo con el nervio, pero en la actualidad se suele utilizar como ya hemos señalado radiación electromagnética de radiofrecuencia.
Diferencia con la ablación nerviosa quirúrgica
La diferencia entre la ablación nerviosa quirúrgica y la ablación mediante radiación electromagnética de radiofrecuencia es que la radiación electromagnética es mínimamente invasiva, no requiere anestesia general y no suele presentar complicaciones.
La ablación nerviosa que se realiza actualmente por radiofrecuencia se utiliza para el alivio del dolor en diversas enfermedades crónicas, como la artritis, para la reducción de ciertos tumores, en el tratamiento de las venas varicosas o como anestesia dermatológica en la cura de lesiones.
La ventaja de esta técnica de ablación es que se puede realizar de forma ambulatoria, se utilizan anestésicos locales y no suele presentar complicaciones como la intervención quirúrgica, algo interesante para muchas mujeres.
El procedimiento consiste en aplicar corriente alterna en una radiofrecuencia de entre 350-500 kHz, el rango situado dentro de la frecuencia MF (de radio media). Esta es una intervención no quirúrgica considerada mínimamente invasiva y poco incómoda para el paciente, pues no requiere de internación ni convalecencia.
Para qué sirve la ablación nerviosa
Las aplicaciones de la ablación nerviosa son muy variadas, como vemos a continuación.
- Alivio del dolor crónico. Se usa para dañar los nervios y reducir la sensibilidad neuronal al dolor crónico. Se utiliza para el dolor de la artritis, dolor lumbar crónico, neuralgias, neuropatías, etc.
- Reducción de tumores. La ablación nerviosa por radiofrecuencia se utiliza para destruir las células de pequeños tumores en el hígado, los pulmones, el riñón y en los huesos, entre otros.
- Cardiología. Se aplica para destruir rutas eléctricas anormales que causan arritmias cardíacas, así como en el tratamiento de la hipertensión resistente, aunque provoca diversos efectos secundarios.
- Anestesia dermatológica. Se utiliza como anestesia dermatológica para el tratamiento de diversas lesiones dérmicas.
- Otras aplicaciones de la ablación nerviosa son el tratamiento de venas varicosas para la apnea de sueño, apnea del sueño obstructiva y el esófago de Barrett.
- En el tratamiento de venas varicosas o várices, la ablación por radiofrecuencia permite cauterizar las varices reduciendo el dolor, la irritación y la hinchazón. También se realiza con fines estéticos, pues es menos invasiva que la cirugía para varices y casi no deja cicatrices.
Alivio efectivo con la ablación nerviosa
La mayoría de los pacientes se levantan y caminan inmediatamente después del procedimiento. Tu médico puede monitorearte por un corto tiempo antes de que puedas volver a tu rutina. Sin embargo, la mayoría de los pacientes se levantan y regresan a trabajo o actividad habitual entre 24 y 72 horas después del procedimiento. Si bien varía, el alivio óptimo del dolor generalmente se experimenta dentro de los 10 días posteriores al procedimiento.
La ablación nerviosa proporciona alivio del dolor que puede durar de nueve meses a más de 24 meses. Es posible que el nervio tratado vuelva a crecer. Si esto sucede, el procedimiento puede repetirse si es necesario.
Posibles riesgos de la ablación nerviosa
Después de someterse a este procedimiento, los pacientes son monitoreados para detectar cualquier aparición de efectos secundarios. Dependiendo del área a tratar, los pacientes pueden experimentar:
- Dolor y ardor superficial con hipersensibilidad, similar a una sensación de ardor en el área tratada, que puede durar de 1 a 2 semanas
ligero entumecimiento de la piel en la misma zona - Déficits motores
- Debilidad muscular
- Parálisis
- Dolor fuerte
El dolor leve durante la recuperación es normal. Además, los nervios dañados pueden tardar hasta un mes en reanudar por completo su función. Hasta la recuperación completa, los pacientes pueden continuar experimentando dolor muscular leve y debilidad. En estos casos, es posible que se requieran analgésicos orales para ayudar al paciente a controlar el dolor durante el período de recuperación física.
El día del procedimiento, se aconseja a los pacientes que no conduzcan ni realicen actividades extenuantes. Los pacientes pueden continuar tomando cualquier medicamento excepto aspirina , ibuprofeno o cualquier otro medicamento que tenga un efecto anticoagulante.
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