Molière: sus mejores frases
Aunque Molière fue su nombre artístico, lo cierto es que este actor, dramaturgo y director francés se llamaba Jean-Baptiste Poquelin.
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Aunque Molière fue su nombre artístico, lo cierto es que este actor, dramaturgo y director francés se llamaba Jean-Baptiste Poquelin.
Vivió en el siglo XVII y además fue considerado como un importante escritor que rompió muchos esquemas del momento. Veamos las mejores frases de Molière.
Las palabras y los hechos están lejos de ser uno. Mucho de lo que se habla queda sin hacer.
La forma más efectiva de atacar el vicio es exponerlo a la burla pública. La gente puede soportar los reproches, pero no pueden soportar que se rían de ellos: están dispuestos a ser malvados, pero no les gusta parecer ridículos.
No hay nada tan conmovedor como un enamorado que se llega a las puertas de la amada y cuenta sus dolencias a los goznes y a los cerrojos.
Nadie está a salvo de la calumnia. La mejor manera es no prestarle atención, sino vivir en la inocencia y dejar que el mundo hable.
Hay algo inexplicablemente encantador en enamorarse y, seguramente, todo el placer reside en el hecho de que el amor no es duradero.
Tengo la habilidad de aliviar los escrúpulos.
La serena razón huye de todo extremismo y anhela la prudencia moderada.
Aquellos cuya conducta se presta más al escarnio, son siempre los primeros en hablar de los demás.
Se puede inducir a la gente a tragar cualquier cosa, siempre que esté lo suficientemente condimentada con elogios.
Sin bailar, un hombre no puede hacer nada.
No parezcas tan erudito, ora. Humaniza tu charla y habla para que te entiendan.
El arte de los aduladores es aprovechar las debilidades de los grandes, fomentar sus errores y nunca dar consejos que puedan molestar.
Quiero que la gente sea sincera; un hombre de honor no debería decir una sola palabra que no provenga directamente de su corazón.
La gente cuyo comportamiento es el más ridículo, siempre está a la delantera al difamar a los demás.
¡Qué! ¿No harías distinción entre hipocresía y devoción? ¿Les darías los mismos nombres y respetarías la máscara como lo haces con la cara? ¿Igualarías el artificio y la sinceridad? ¿Confundes la apariencia con la verdad? ¿Consideras al fantasma como la persona misma? ¿Valoras la falsificación como efectivo?
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