‘Willy’ Bárcenas: «No consigues vender 3.000 entradas por ser el hijo de nadie, sino porque tus canciones gustan»
Que un grupo novel con un disco recién publicado celebre dos conciertos en una de las salas más importantes de Madrid y venda 3.000 entradas «ya es noticia». Si el líder del grupo es, además, el hijo de Luis Bárcenas, saltan las alarmas y «hace que quieran entrevistarte muchos más medios», reconoce él.
En los diez meses transcurridos desde la publicación de ‘Tres tequilas’, su banda, Taburete genera 30.000 oyentes mensuales en Spotify, donde los temas acumulan ya medio millón de reproducciones.
«Eso no lo consigues por ser el hijo de nadie, sino porque tus canciones gustan», reivindica el hijo menor del más célebre extesorero del PP, ante su doble concierto de este viernes, para el que ya no quedan entradas, y sábado en La Riviera de Madrid.
En cualquier caso, reconocen el calado que han tenido los vínculos familiares en su repercusión mediática, desde que en marzo de 2015 concedieron su primera entrevista a un medio de tendencias, antes de tener siquiera el álbum en la calle.
«No queríamos ser famosillos por cosas extramusicales; somos músicos», aseguran, tras admitir que quizás se equivocaron «en el momento de empezar», pues hablaban de canciones que nadie podía escuchar, por lo que «la gente solo iba a hablar de lo otro».
Lo «otro» eran los múltiples escándalos en los que se vio envuelto su padre, imputado por delitos de cohecho, blanqueo de capitales y fraude fiscal dentro de la «causa Gürtel».
De aquel caldo de cultivo, surgieron la mayoría de las canciones de «Tres tequilas», que funcionan como un diario enrevesado que habla de todo y nada al mismo tiempo, de la «tristeza» de esos días que su progenitor pasó en la cárcel de Soto del Real (Madrid), «de la borrachera del pasado viernes o de un desamor».
En uno de los temas con mayor predicamento, cantan: «Cuando me vi salir de mi condena / una canción se fue perdida en la arena / perdimos el viaje, / ganamos la vuelta», antes de denunciar en el estribillo: «Porque hace frío aquí / están detrás de mí / no llorarán por tí / matásteis a Walter Palmeras».
«La identidad de Walter Palmeras es la gran incógnita del disco, pero no es mi padre. Es el nombre que le doy yo a una serie de cosas», se limita a comentar.
En otro de los cortes, «México DF», hablan de un enamorado de la montaña y de las canciones «desfasadas», imagen con la que sí se identifica plenamente el joven músico, que se declara «muy folclórico», seguidor «de Rocío Jurado y Juanito Valderrama», pero también de Extremoduro.
«No me he imaginado cantando con Robe Iniesta, porque nuestra música no pega, pero sí con Bunbury o con Leiva… ¡y con Julio Iglesias!», afirma.
El álbum, pese a su germen inicial, suena fresco, con canciones «evasivas» que instrumentalmente remiten a latitudes paradisíacas y que «hacen desconectar a la gente» con acordes sencillos, apostando por la «naturalidad» sin imposturas, «aunque parezca que si no eres ultratrascendental, eres un pringado».
Lo que no evitan son las preguntas. Se precian, de hecho, de no haber denegado entrevista alguna. «Es cansado, porque siempre son las mismas preguntas», reconoce Carreño. «A mí no me importa contestarlas, pero es verdad que las hemos respondido a menudo», suscribe Bárcenas.
Han actuado en algunas de las ciudades y salas más importantes del país y ya hay quien los llama «el grupo de moda entre el pijerío».
«No creo que de las 3.000 personas que van a venir estos días, todos sean pijos», contradicen, antes de presumir que entre sus seguidores cuentan también con potenciales votantes de Podemos.
A este respecto, subrayan que ellos no hacen «consignas políticas» en sus conciertos y que nunca se han pronunciado de una forma clara, aunque en el pasado dejara caer que igual votaba a Ciudadanos.
«Voté en blanco en las últimas elecciones. Me gusta la política, pero ha llegado un punto en el que me ha cansado todo un poco. No sé lo que haré en las próximas», asegura Bárcenas, que ni siquiera se molestó en seguir el debate a cuatro de anoche, enfrascado con los ensayos.