¿Por qué el agua de mar es salada?
Puede parecer una pregunta tonta, ya que es algo que todos damos por hecho y es una constante en nuestro planeta. ¿Te has preguntado por qué el agua de mar es salada? Al fin y al cabo, la de los ríos, que desemboca en mares y océanos, no lo es. ¿Cuál puede ser el motivo?
La verdad es que la respuesta es más sencilla de lo que parece. Simplemente se debe a la cantidad de sales minerales que se encuentran en los océanos. Es decir, el sabor salobre que percibimos se debe a estas sales.
Por lo que sabemos, aproximadamente cada litro de agua de mar tiene unos 35 gramos de sales, que es más o menos un 3,5% del total. Y ese es el motivo por el que esta agua está tan salada.
Ahora bien, seguro que te preguntas qué pasa en los ríos y lagos para que ahí el agua no tenga sal. Es cierto, y también para ello hay una respuesta, como vemos ahora mismo.
El agua de mar es salada, pero en los ríos y lagos no
El origen de este fenómeno se ubica millones de años atrás, cuando se formaron los océanos en la Tierra. En los lechos de mar quedaron rocas en grandes cantidades, más o menos profundas o superficiales.
Con el paso del tiempo, las rocas se han ido desgastando, liberando sales minerales que se han vertido al mar. Los materiales principales son potasio, bromo, magnesio, calcio, sodio, carbonatos y sulfatos.
A ello se suman otros factores, como las erupciones volcánicas oceánicas, que liberan fumarolas y cenizas, que también tienen sales minerales en su composición.
Además, curiosamente, son los ríos los que también contribuyen a la salinidad oceánica. El agua de lluvia posee ácido carbónico que erosiona las rocas, y que es arrastrado por las lenguas de agua con las sales minerales correspondientes para desembocar en los mares.
Evidentemente, no todos los mares y océanos son igual de salinos. Según la región del planeta, encontramos que las zonas tropicales son especialmente ricas en concentración de sal, ya que las temperaturas elevadas evaporan más agua. Las frías, por el contrario, poseen el fenómeno a la inversa.
Y luego, como no, encontramos el Mar Muerto, que posee tal concentración salina que no permite la existencia de vida. Alcanza hasta un 35% de salinidad en sus niveles, y permite que flotes como si fueras un barco como en ningún otro mar.
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