Independentismo en Cataluña

Los indultados urden una cumbre de Puigdemont y Junqueras en Waterloo para reagrupar al separatismo

"Ese encuentro haría feliz a mucha gente", afirma el ex conseller Jordi Turull

Oriol Junqueras Supremo
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

Los golpistas indultados por el Gobierno no se han ido de vacaciones. Trabajan en los objetivos que proclamaron a su salida de la cárcel. Y el primero entre ellos, reagrupar al independentismo, fracturado desde que Carles Puigdemont (JxCAT) y Oriol Junqueras (ERC) emprendieron caminos distintos tras la fallida declaración de independencia. De ahí que algunos de los recién excarcelados promuevan un encuentro entre ambos en Waterloo para cicatrizar heridas y dar nuevo aliento a la parte de la sociedad catalana que les sigue en su propósitos de ruptura con España. «Ese encuentro haría feliz a mucha gente», reconoce el ex conseller Jordi Turull, que el miércoles abandonó la cárcel con esta proclama: «Nuestro compromiso con lo que empezamos el 1-O no es parcial, ni reversible, ni condicionado».

Pese a que ambas formaciones compartieron y comparten desde hace años un Govern de coalición, todo se rompió entre Puigdemont y Junqueras cuando la declaración de independencia quedó reducida una proclamación de siete segundos. Habían quedado en volver a sus despachos el lunes, mientras sus equipos negociaban en varias casas masías la respuesta política a la acción jurídica que ya había iniciado la juez Carmen Lamela. Pero el ex presidente emprendió una huida a Bélgica de la que sólo informó a su número dos con posterioridad, cuando Puigdemont ya había puesto pies en polvorosa. No volvieron a hablarse.

Con el fundador de Junts per Catalunya escondido en un hotel de Bruselas, extremando al máximo las comunicaciones para evitar ser interceptado por los servicios de inteligencia, la entrada en prisión de Junqueras, condenado a 13 años de cárcel, dinamitó todos los puentes que quedaban entre los máximos dirigentes del separatismo catalán. Puigdemont tardó varios meses en contactar con la familia del que fuera su vicepresidente. Pretendía que sus comunicaciones no fueran interceptadas, se justificó.

En todo este tiempo, el diálogo entre Puigdemont y Junqueras se ha librado básicamente a través de los medios de comunicación o los libros que ambos han publicado. Se han acusado mutuamente de no tener preparadas las estructuras para implementar la ficticia república catalana e, incluso, de haber querido suspender la celebración del referéndum ilegal del 1-O. Acusaciones, según personas de su entorno, que no sólo tenían como propósito el alcanzar un rédito político, sino que obedecían a un rechazo personal en las dos direcciones.

Sin embargo, la buena relación que sí han labrado en la cárcel Junqueras y algunos de los presos de JxCAT, especialmente Joaquim Forn, Josep Rull y Jordi Turull -con Jordi Sánchez hay más tensión-, es lo que ahora les lleva a impulsar un encuentro entre los dos máximos responsables del desafío al Estado que JxCAT y ERC protagonizaron en el otoño de 2017.

Recelo de ERC

A día de hoy, Puigdemont no puede volver a España, ya que sería detenido en virtud de una orden de detención y entrega en territorio nacional, por lo que la reunión sólo puede producirse si el presidente de ERC acude a Waterloo. Y en esa foto tiene especial interés el ex presidente de la Generalitat. Con Junqueras ya libre, es Puigdemont quien pretende rentabilizar el mensaje de que la represión del Estado sigue viva.

Fuentes de ERC explican que esa foto sería una imagen de sumisión de Junqueras ante Puigdemont, que aún pretende ejercer como presidente de la Generalitat bajo el paraguas institucional del Consell per la República, y una oportunidad para recordar que él continúa sin poder volver a casa mientras quien fuera su número dos ya es disfruta de la libertad.

Lo último en España

Últimas noticias