Cómo enseñar a que los niños utilicen la mascarilla a pesar del verano

Sabemos que los rebrotes de la pandemia de coronavirus siguen latentes en toda España, de modo que el uso de la mascarilla sigue siendo obligatorio incluso para los niños a partir de los 6 años, pero ¿cómo hacer para que los niños lleven la mascarilla a pesar del calor del verano? Estamos ahora pasando quizás por los días más calurosos del año por lo que es normal que como a todos les moleste.

Cómo enseñar a que los niños utilicen la mascarilla a pesar del verano

Pero es importante que los niños tengan claro que no deben tocarse la mascarilla por mucho que les de calor, o notan que se humedece si sudan mientras la llevan puesta.

Debemos de hecho aprovechar ahora para repasar todas las «normas» indicadas para un buen uso de la mascarilla, ya que no solo la vamos a tener que seguir llevando lo que nos queda de verano sino que además, en el caso concreto de los niños, será necesario que lleven también a la hora de entrar y salir de los centros escolares en septiembre, de modo que no queda otra que se acostumbren a llevarla.

Con todo lo vivido hasta la fecha, los niños no tendrán reticencias a la hora de ponerse la mascarilla, pero es evidente que notarán lo molesta que puede resultar llevarla bajo el sol, o por ejemplo cuando nos desplazamos hasta la playa o la piscina, o cuando están en el parque y no se puede garantizar la distancia de seguridad.

Por ello es importante repasar cómo decimos, lo «básico» para que el uso de la mascarilla en los niños sea el correcto y que la puedan llevar sin problema a pesar del verano.

1. Lo primero de todo será asegurarse de que la mascarilla que los niños llevan sea de su tamaño. Demasiado grande puede ser inútil y además darle muchas más molestias si se le cae todo el rato y también darle más calor. En el caso de que sea demasiado pequeña podría apretar y molestarle también debido al calor. Así que elige aquella que haya sido hecha para niños y que a poder ser tenga algún estampado que les guste para que no pongan pegas a ponérsela.
2. Es importante además que la lleven cuando es estrictamente necesario. A saber: en lugares cerrados, y también en los abiertos, pero especialmente cuando no se puede garantizar la distancia de seguridad. En este sentido, los niños van a tener que llevarla en muchos sitios con el consiguiente engorro que para ellos resulta, pero les podemos animar diciéndoles que con el uso de la mascarilla también ellos se convierten en héroes porque no propagan el virus o aplicar la táctica de premiarle si no se la toca ni la quita hasta que lleguemos a casa.
3. Por otro lado, tenemos que darle ejemplo también a los niños en este sentido. De nada servirá que queramos que lleven la mascarilla puesta, si nosotros nos la quitamos porque nos da calor.
4. Es importante además no sacar a los niños cuando las temperaturas sean demasiado elevadas, en especial si encima tenemos que llevar una mascarilla puesta. Recordemos que es mejor salir a primera hora de la mañana (hasta las 11:00) o por la tarde, a partir de las 16:00 horas. Además de la mascarilla, no olvidemos tampoco aplicar un buen protector solar.
5. En caso de que vayamos por la calle con los niños y notemos que se ahogan o que debido al calor la mascarilla les impide respirar correctamente. Será bueno parar, apartarnos a un lugar con sombra donde haya poca gente ( o mejor que no haya nadie) y dejar que el niño se recupere además de ofrecerle agua para que no se deshidrate. Por otro lado, debemos mantener la calma, y antes de que se toque la mascarilla, le decimos que se espere. nos limpiamos las manos con alcohol hidroalcohólico (que será necesario llevar encima) y seremos nosotros los que le quitaremos la mascarilla y la guardaremos en una bolsa de papel para que no se contamine. Una vez se haya recuperado, sin prisa, le podremos poner la mascarilla de vuelta. O si queremos (y llevamos), podemos optar por ponerle una nueva.