Armengol normaliza el gasto de 800.000 euros en traductores en el Congreso: «Pienso y siento en catalán»
Considera que pese al coste económico que tiene, "la medida perdurará en el tiempo"
La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, ha afirmado que el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara Baja «no sólo ha sido posible, sino que se ha normalizado» y ha asegurado que la medida perdurará en el tiempo, pese a que tiene un coste de casi 800.000 euros al año para los contribuyentes españoles.
La política mejor pagada de España, con un sueldo de 215.000 euros al año, ha defendido que el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso garantiza el derecho lingüístico de los diputados a defender sus ideas como las sienten y las piensan, en su lengua, algo de lo que se ha hecho partícipe.
«Me pasa a mí misma, que pienso y siento en catalán y valoro enormemente que en la casa de nuestra democracia se puedan defender ideas en mi lengua», ha apostillado la dirigente socialista que en Baleares, siendo presidenta, excluyó al español en todo el ámbito público e impuso el catalán durante las dos legislaturas que estuvo al frente del Ejecutivo.
«Se decía que utilizar el catalán, el gallego o el vasco en el hemiciclo rompía España, pero es exactamente lo contrario: la cose», ya que, a su juicio, acerca la realidad de las comunidades con lengua propia a aquellos que no las viven en su día a día. Diputados que se ven obligados a utilizar un pinganillo para poder seguir las intervenciones en el Congreso de aquellos que optan por usar una lengua diferente a la única oficial en toda España.
Respecto al uso de pinganillos para escuchar la traducción simultánea, Armengol ha asegurado que en un primer momento se podía ver como una molestia, pero que ahora «se ve con la normalidad que implica reconocer el patrimonio cultural y lingüístico», si bien los diputados de cada comunidad con lengua propia ya tienen garantizado su uso en su región donde el español es cooficial.
Además, Armengol ha reivindicado que la modificación del reglamento para permitir el uso de catalán, euskera y gallego «coincidió en el tiempo con un proceso para modernizar el hemiciclo», ya que tanto las pantallas situadas en los escaños como las laterales de la sala incorporan nuevas funcionalidades relacionadas con el plurilingüismo, en referencia a los subtítulos.
No obstante, todos los miembros electos del Congreso, gallegos, catalanes o vascos siguen el pleno en español como siempre, cuando interviene un diputado de una comunidad con lengua propia, ya que sólo se traduce a la lengua común y única oficial en toda España.
La señal del pleno va directamente traducida a las televisiones, las cabinas de prensa y en tiempo real con el audio original y la voz del traductor por encima y con subtítulos en castellano.
Dentro el hemiciclo hay, además, dos pantallas, una situada en la barandilla de la tribuna de prensa y otra en la de invitados, para que los diputados puedan leer los subtítulos.
El Congreso también contrató un servicio de transcripción al castellano de las intervenciones que se hacen en catalán, vasco y gallego y las incluye en el diario de sesiones, que se publica exclusivamente en castellano.
Para seguir las sesiones el Congreso compró 450 auriculares de un oído con un coste de 7.671,79 euros que, junto a otros 200 de los que ya disponía fueron distribuidos entre los diputados, los periodistas que están en la tribuna de prensa y los invitados al hemiciclo.
Los auriculares van por radiofrecuencia gracias a seis radiadores de alta eficiencia y un transmisor de infrarrojos digital.
Un esperpento impuesto por independentistas y golpistas catalanes que tiene un coste que supera los 800.000 euros y que defiende a capa y espada una Armengol colocada al frente del Parlamento para defender el pacto de Sánchez con los separatistas.