Menores extranjeros no acompañados (mena)

Ceuta suma 100 menas nuevos en lo que va de año y ya tutela a 300: la mayoría marroquís de 17 años

Un grupo de menas.
Un grupo de menas.
Borja Jiménez

Sólo durante el pasado mes de junio el Servicio de Protección a la Infancia del Ejecutivo de Ceuta acogió a 28 menores extranjeros no acompañados (mena). En lo que llevamos de julio, ya se han hecho cargo de otros trece. A uno por día. Estos 51 menas hacen un total de 93 menores acogidos por Ceuta en lo que va de 2022. En conjunto, la Ciudad Autónoma ya tutela a 300 menores, la inmensa mayoría de 17 años y origen marroquí.

De este modo, el Área de Menores del Gobierno de Ceuta se ha hecho cargo en lo que va de 2022 de 93 menores extranjeros no acompañados, una media de uno cada dos días entre el 1 de enero y el 30 de junio, que se ha duplicado con el comienzo del verano.

Más del 75% de los menores que alcanzan la ciudad autónoma sin compañía son de nacionalidad marroquí, aunque durante las últimas semanas también se han registrado entradas de menores nacionales de países del África subsahariana como Sudán o Guinea. Solamente un 10% de los más de 40 jóvenes de esa parte del mundo que a su llegada en 2022 fue considerado posiblemente menor vio ratificada esa hipótesis en las pruebas de edad óseas a las que son sometidos.

Con estos datos la administración local es responsable actualmente en distintos equipamientos de gestión directa o indirecta de 300 menores. Casi la mitad están en el Centro de Realojo Temporal ‘La Esperanza’, más de ochenta atendidos por empleados públicos y setenta por la Fundación SAMU, que también lleva las riendas del alojamiento de primera acogida de Piniers, donde se encuentran unos sesenta. El resto están adscritos a la asociación Engloba (medio centenar), internos en el Centro de Reforma ‘Punta Blanca’ (media docena), albergados en el Centro Mediterráneo (reservado para los de más corta edad) o derivados a otras autonomías.

Según fuentes gubernamentales de la Ciudad, su perfil responde al de adolescentes varones súbditos del Reino alauita en su inmensa mayoría, la mitad con al menos 17 años cumplidos y otro 36% con entre 16 y 17.

La cifra de llegadas ha vuelto a incrementarse con el verano debido a las entradas irregulares registradas por la vía marítima (a nado o en pequeñas embarcaciones) y por la terrestre (saltando el doble vallado que forma el perímetro fronterizo) a pesar de los «estrictos» controles documentales que se aplican tanto en la parte española como en la marroquí de la frontera del Tarajal, que desde su reapertura al tránsito el 17 de mayo solamente pueden ser cruzado por marroquíes con visado Schengen o trabajadores transfronterizos debidamente reconocidos como tales.

El Gobierno de Ceuta tuvo que hacerse cargo durante los dos años previos al cierre de la frontera tras la declaración de la pandemia de hasta más de 600 menores simultáneamente. Desde mayo de 2021, cuando tras la crisis migratoria casi 1.200 niños marroquíes quedaron varados en la localidad española, hasta junio de este año la Policía ha reseñado a más de 1.400 niños migrantes solos en la ciudad autónoma, donde el Ejecutivo central se ha comprometido a invertir 6,3 millones de fondos europeos para construir una infraestructura específicamente destinada a ese colectivo con capacidad para unos 125 jóvenes.

El Área de Menores lleva años reclamando la construcción de un equipamiento específico «que cumpla todos los requerimientos legales» para atender unas competencias que asumió en 1999. La administración autonómica acondicionó primero un antiguo chalé militar que la Fiscalía obligó a cerrar en 2012, cuando trasladó a los menores que tutelaba a otro edificio concebido inicialmente como albergue para personas sin hogar, solución «provisional» que se ha prolongado hasta ahora.

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