Santovenia de Fuentidueña

Muere el teniente coronel Pedro Alfonso Casado, herido de bala en el secuestro de Santovenia

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Luis Miguel Montero

El teniente coronel de la Guardia Civil Pedro Alfonso Casado, de 50 años, ha fallecido este martes 5 de julio tras debatirse entre la vida y la muerte desde el pasado viernes, cuando recibió un disparo en la cabeza de Pablo “el chiqui” atrincherado en su casa de Santovenia de Fuentidueña (Valladolid).

El guardia civil fallecido lideraba la unidad de la UEI de la Benemérita que intervenía en un asesinato y la toma de rehenes por parte de Pablo Santamaria, un conocido delincuente de la zona con antecedentes por trapicheo de drogas y robo, que asesinó a su amigo de la infancia Dionisio y luego se atrincheró durante 12 horas reteniendo a uno de sus yernos. Durante un momento de la mañana “el chiqui” disparó a través de la puerta, a ciegas, con tan mala suerte que la bala impactó en la cabeza del teniente coronel, que a pesar de llevar el casco puesto recibió el impacto. El 1 de julio era su primer día de vacaciones y las había retrasado hasta acabar la intervención.

El teniente coronel tenía 50 años y era natural de Sahagún (León) y su padre era guardia civil también, pero falleció y Pedro Alfonso se crió como huérfano del Cuerpo. Pedro Alfonso Casado lideraba el equipo que en su día liberó a Ortega Lara, ahora hace 25 años. Alfonso Casado se licenció en la academia militar de Zaragoza en 1998 y al año siguiente pidió su ingreso en los GAR (Grupos de Acción Rural), los primeros grupos de operaciones especiales de la Guardia Civil. Luego, en el año 2000, entró en la UEI (Unidad Especial de Intervención) como teniente. Tras ser operado de urgencia en el Hospital Clínico de Valladolid su estado era reservado y el lunes ya se declaró como «irreversible».

Perico, como lo llamaban en Valdemoro (Madrid), alcanzó el grado de teniente coronel en 2016. LA UEI está especializada en secuestros, toma de rehenes, contraterrorismo, detención de criminales especialmente violentos o peligrosos, motines y protección de personalidades, según adelantó el diario ABC.

LA UEI tiene su base en Valdemoro (Madrid) y está llena de secretismo, se desconoce el número de miembros que lo componen, quienes son sus mando y sus misiones nunca se publicitan a los medios de comunicación. Ingresar en esta unidad es realmente difícil, decenas de guardias civiles prueban cada año a pasar los exámenes y solo aprueban cinco o seis aspirantes el año que más éxito tienen.

El último despliegue conocido de esta unidad además de la intervención en Santovenia de Fuentidueña se produjo en las azoteas de algunos edificios durante la cumbre de la OTAN, como francotiradores de apoyo. Pero sus operaciones incluyen el desmantelamiento de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, motines en cárceles y asaltos de barcos con droga en alta mar.

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