Detenido un kamikaze por conducir ebrio 12,5 kilómetros en dirección contraria en la A-5
El hombre condujo ebrio cerca de 13 kilómetros en sentido contrario
La Guardia Civil detuvo este domingo a un kamikaze por conducir ebrio y en dirección contraria por la A-5 a su paso por Navalmoral de la Mata, en Cáceres. El arrestado, de 58 años, condujo en torno a las 23:00 horas cerca de 13 kilómetros en dirección hacia Madrid, aunque por los carriles que tenían destino a Badajoz.
Los agentes lograron localizarlo entre Navalmoral y Peraleda de la Mata tras lo cual, mientras alertaban al resto de usuarios de la vía, efectuaban señales al conductor para que parara, a las que hizo caso omiso.
Mas tarde, en el kilómetro 177 de la autovía consiguieron detenerlo y trasladarlo con seguridad fuera de la carretera, evitando así cualquier peligro tanto para el detenido como para el resto de usuarios que circulaban por la autovía. En ese momento había conducido, al menos, 12,5 kilómetros, en cuyo intervalo rebasó hasta «cuatro salidas» y «accesos a la vía» sin salirse de la misma, según indicó la Guardia Civil en una nota de prensa.
Por otro lado, agentes pertenecientes al Equipo de Investigación de Seguridad Vial de Plasencia, realizaron al conductor las correspondientes pruebas de alcoholemia, las cuales resultaron positivas. Además, ya se le han instruido diligencias penales por cometer dos delitos contra la seguridad vial, uno por conducir un vehículo a motor bajo la influencia de bebidas alcohólicas y otro de conducción temeraria, por hacerlo en sentido contrario al estipulado para la vía.
¿Qué pasa si se conduce ebrio?
Conducir un vehículo con un nivel de alcohol en sangre más alto del permitido es considerado como delito, según el artículo 379 del Código Penal. Según la legislación vigente en materia penal, el conductor que supere los 0,6 miligramos por litro en aire respirado o 1,2 gramos por litro en sangre será condenado por delito de alcoholemia contra la seguridad vial y de tráfico. La ley difiere en estas dos cantidades porque en aire respirado será determinada por el aparato de la Policía o Guardia Civil, mientras que en sangre se concretaría a través de una prueba sanguínea.
Si se da el caso de que una persona, a la que las autoridades ha detenido para realizarle el control de alcoholemia, se niega a ello, estaría cometiendo un delito de desobediencia grave a un agente de la autoridad. Y ello, con la correspondiente condena penal que puede caer en este caso sobre el conductor: pena de prisión de seis meses a un año y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores desde uno a cuatro años.
Así afecta el alcohol a la conducción
El alcohol afecta de esta manera a la conducción:
- Comportamiento: suele generar una impresión de sobrevaloración hacia nuestra persona, lo que nos lleva a experimentar una sensación subjetiva de un aumento de seguridad hacia nosotros mismos.
- Visión: incluso con unos niveles muy bajos de alcohol en sangre, puede verse reducido nuestro campo de visión, agravar la acomodación así como la capacidad para seguir con la vista cualquier objeto, perturbar la visión periférica, entre otros efectos.
- Capacidad psicomotora (vista y oído): genera un descenso en el nivel de activación, lo que quiere decir que aumentará el tiempo de reacción. También trastorna el procesamiento de la información, empeora la coordinación motora y reduce nuestra atención.