Detenido en Astorga un depredador sexual peruano buscado por el FBI por violar a una niña de 11 años

La Policía Nacional ha detenido a un depredador sexual peruano que se escondía en Astorga tras violar a una niña de 11 años en Estados Unidos, la hija de su pareja de entonces. El fugitivo, Carlos Gabriel Espino de 36 años, se escondía en ésta localidad leonesa desde hace un año, donde residía con su pareja actual y las hijas de ésta, a pesar de que el FBI le buscaba con ahínco desde 2017.

Los hechos por los que la justicia norteamericana reclama a éste agresor sexual tuvieron lugar en 2017, en el estado de Utah. Allí, el sujeto, supuestamente, violó a la hija de su pareja, una niña de 11 años.

Obligada a ver porno

La pequeña, no sólo desveló a la Policía estadounidense las violaciones que sufría por parte de su agresor, también declaró que el hombre le obligaba a ver contendido pornográfico en su móvil a diario y le pellizcaba la cara con fuerza si cerraba los ojos ante la violencia de las imágenes sexuales.

El relato de la pequeña, además, se refería a diferentes agresiones a lo largo del tiempo en el domicilio que su madre compartía con el depredador sexual.

Pruebas de ADN

Tras la denuncia de la pequeña, las pruebas de ADN confirmaron la incriminación del hombre, pero cuando fueron a detenerlo el acusado huyó dejando abandonado su vehículo en Salt Lake City. El presunto depredador sexual era consciente de que se jugaba una condena a cadena perpetua en ese estado de EEUU.

Desde ese momento, los investigadores no lograron averiguar su paradero hasta que en diciembre de 2023, detectaron que había conseguido obtener un nuevo pasaporte de Perú para viajar en el extranjero. Igualmente, supieron de sus intenciones de viajar a España por lo que la Policía Nacional inició la investigación pertinente para localizarle.

Meses después, las investigaciones permitieron localizar al fugitivo en la localidad leonesa de Astorga donde se escondía junto a su nueva pareja y las dos hijas de ésta.

Los agentes de la Unidad Central de Atención a la Familia y la Mujer, junto a un agente del FBI, lo detuvieron en la vivienda donde se escondía. Tras entrevistarse con la pareja actual del detenido pudieron comprobar, afortunadamente, que las hijas menores de edad con las que convivían no habían sido víctimas del depredador sexual.

Finalmente, el juez ha decretado su ingreso en prisión provisional mientras espera la pertinente solicitud de extradición por parte de las autoridades estadounidenses.