Admite en el juicio haber sometido a puñetazos a su hija menor para violarla hasta en cuatro ocasiones
El acusado de violar a su hija menor de edad en Majadahonda en 2013 ha admitido este lunes en juicio los cargos de agresión sexual continuada con agravante de parentesco que ha emitido la fiscalía y la acusación particular por la que se le ha pedido una pena de 13 años, 6 meses y un día.
Víctor H. A., que fue detenido en Argentina en julio de 2016 tras darse a la fuga, ha admitido ante preguntas del fiscal durante un juicio que no ha durado más de 30 minutos, que en 2013 mantuvo relaciones sexuales con su hija, que en el momento de los hechos tenía 17 años, después de agarrarla y someterla por la fuerza. El acusado ha admitido también que la violó hasta en cuatro ocasiones distintas a la de la denuncia entre junio y octubre de ese año.
Tras las preguntas del fiscal, la jueza le ha preguntado si está arrepentido a lo que ha respondido que sí, siempre después de intercambiar miradas con el abogado defensor que asentía ligeramente para aclararle la respuesta.
Durante el juicio ha estado presente, aunque no a la vista del público ni del acusado, la víctima, que ha ratificado la denuncia de 2013 y ha relatado que su padre la sometió por la fuerza, propinándole puñetazos. Además, tras la agresión, el agresor la amenazó a ella y a su familia para que no contara a nadie lo sucedido.
El resto de participantes en el juicio, que se han encargado de aportar las pruebas periciales, han declarado mediante videoconferencia, a excepción de un agente de la Guardia Civil que sí se ha personado y ha ratificado el informe que realizó tras la denuncia.
El resto de pruebas periciales han confirmado que se encontraron restos biológicos de Victor H.A. en la víctima y que ésta tenía heridas en el cuello causadas violentamente, hechos que confirman las declaraciones de la víctima tras la denuncia de 2013.
Una vez aportadas las pruebas y tras la confesión del acusado, la fiscalía ha decidido reducir la petición de pena de 15 años a 13 años y 6 meses, aunque no ha querido rebajar la gravedad de los hechos, que ha calificado como «atroces», ya que el acusado utilizó su diferencia de fuerza y su cercanía familiar para agredir sexualmente a su hija, algo que le dejará secuelas el resto de su vida.
Por último, la jueza le ha preguntado al acusado si tenia algo que decir, a lo que ha respondido: «que Dios nos ayude».
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