Remedios caseros para el dolor de lumbago

Remedios caseros para el dolor de lumbago
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El lumbago es uno de los motivos más comunes en la consulta de traumatología. Las molestias suelen aparecer por lo general debido a una malformación o una mala postura, y además lo hacen en cualquier zona de la columna vertebral, aunque donde más lo acusamos es en la parte lumbar. Suele aparecer de forma repentina y aislada. A continuación te mostramos varios remedios caseros para el dolor de lumbago.

Hay una serie de tratamientos que pueden resultar de gran interés para aliviar las molestias o acabar con él de forma casi definitiva. En cualquier caso, esto no implica que no debas acudir a la consulta de un experto.

Frío y calor

Encima de la zona doloridad debes aplicar una bolsa de hielo durante 20 minutos, varias veces al día. Esto será así cuando el problema se haya originado por un golpe. Una vez que pasen un par de días con el tratamiento de frío, empezaremos a poner calor. Lo más aconsejable es colocar una almohadilla de calor o lámpara radiante durante unos minutos. Así conseguiremos relajar la musculatura e incrementar el flujo sanguíneo.

Leche con col

Puede parecer una combinación un tanto extraña, pero resulta eficaz. Se trata de meter en un recipiente leche con col y dejarlo reposar durante cinco minutos. Con la ayuda de un trapo aplicaremos esta mezcla durante 15 minutos.

Aceite de árbol

Para tratar el dolor lumbar también se suele hacer uso del aceite de árbol, que también se llama té de árbol. Sólo es preciso calentar un poco de agua en un recipiente y añadirle 20 gotas de este aceite. Con unas compresas las aplicaremos en la parte afectada.

Perejil con sal

En un cuenco con agua tibia echaremos unas hojas de perejil, además de tres pizcas de sal. Lo mezclamos todo y lo aplicamos sobre la espalda durante veinte minutos. Cuando acabemos retiramos los restos de perejil con una toalla y lo limpiamos con un poco de alcohol.

Reposo en la cama

Sólo necesitas tumbarte boca arriba, con una almohada debajo de las costillas. Otra posibilidad es tumbarse de lado, con una almohada entre las rodillas.

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