¿Por qué hay personas más vulnerables frente a las infecciones?

El mismo microorganismo causa enfermedades muy diversas según el individuo afectado y la respuesta del sistema inmunológico es determinante

infecciones
Las mujeres y los hombres responden de forma diferente a las infecciones.

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A la profesora Heidi Zapata, de la Universidad de Yale, le intrigó hace años el hecho de que un mismo patógeno (causante de enfermedad) pueda producir una enfermedad relativamente leve en una persona y en otra dé lugar a una infección descontrolada que se extiende por el organismo y pone en peligro la vida del paciente (septicemia). Como científica, siempre ha querido comprender la respuesta inmunológica individual, qué explica que una persona no experimente síntomas mientras que otros fallecen por la misma infección.

Su trabajo se centra en cómo el envejecimiento, la infección por HIV (el virus causante del sida) y las comorbilidades (enfermedades que afectan a un paciente de forma simultánea) afectan a la respuesta inmunológica de las personas. Actualmente, su equipo trabaja en describir cómo el tejido adiposo en el microambiente del tejido inmune influye en la respuesta que todo el organismo da a las infecciones que nos afectan.

Según la evidencia científica, para empezar, las mujeres y los hombres responden de forma diferente a las infecciones, porque hay partes -diferentes- de su sistema inmunológico que son más fuertes que otras. Los varones suelen tener una respuesta inmunológica innata (inmediata) más robusta, mientras que en las mujeres parece estar más activa la respuesta «adaptativa» (de recuerdo, como la que inducen las vacunas), además de la memoria inmunológica. Así que ya de entrada el sexo hace diferencias.

La edad también tiene mucho que ver. Durante la pandemia de covid, los adultos de edad avanzada tuvieron enfermedad más grave que la de los jóvenes. Otro ejemplo similar es el del virus del Nilo Occidental, que está circulando en la actualidad, ha explicado la experta.

En palabras de Zapata: «Algunas personas ni se dan cuenta de que tienen un virus, mientras que otros, sobre todo si son mayores, desarrollan síntomas graves, como meningitis y encefalitis». Comorbilidades como la diabetes, medicación para tratar otras condiciones (cáncer, fármacos administrados después de un trasplante) pueden hacer que nuestra respuesta inmunológica cambie, ha añadido.

Cómo mejorar mi respuesta inmune

Hay cosas bastante sencillas que pueden hacerse para que nuestra respuesta sea «potente». La primera, y quizá la más importante, es llevar al día nuestros cuidados médicos, conociendo y controlando cualquier condición que podamos tener. Si tenemos diabetes o hipertensión, por ejemplo, asegurarnos de que están controladas.

Además, es bueno contemplar la posibilidad de vacunarse: para el covid, la gripe, el virus respiratorio sincitial… sobre todo si somos mayores.

Evitar los alimentos grasos, que causan inflamación. Muchos estudios sobre la dieta mediterránea y sus efectos antiinflamatorios avalan esta estrategia. «Comer bien marca la diferencia», asegura.

Además, considera que en el futuro podrán diseñarse vacunas diferentes para adultos jóvenes y personas mayores. «Es importante seguir investigando porque no creo que la de covid fuera la última pandemia», advierte.

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