¿Por qué el 87% de los pacientes que acuden al urólogo por cáncer de próstata tiene obesidad?
Según la investigación, más del 80% de los pacientes ha consumido alcohol de manera habitual
El objetivo de los especialistas era evaluar la prevalencia de estos eventos y determinar cuál era la situación nutricional de los pacientes de nuevo diagnóstico
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Una de las enfermedades con mayor mortalidad es el cáncer. Por ello, los esfuerzos de la comunidad científica por conseguir acorralar esta patología. Así, se ha desvelado que el 887% de los pacientes que acuden a la consulta de Urología por diagnóstico de cáncer de próstata tiene obesidad. Pero además, un 13% tiene una obesidad sarcopénica con una relación de índice de masa corporal (IMC) superior a 31 kg/m2.
El responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de MD Anderson Madrid, Pedro Robledo, ha señalado sobre este trabajo que «diferentes estudios aportan información sobre localización de grasa abdominal y enfermedad tumoral, además de otros factores de riesgo asociados como diabetes tipo II y dislipidemia, que es la alteración en los niveles de lípidos en sangre. Todo ello se traduce en un estado de inflamación celular continua que genera cambios en la estructura celular y genética, produciendo mecanismos de proliferación tumoral».
Por otra parte, ha significado que se ha querido poner en valor «la importancia de la evaluación nutricional dentro de los protocolos. Un aspecto que, en muchas ocasiones, queda apartado a situaciones posteriores al diagnóstico o cuando se hace más difícil el soporte. Es importante conocer cómo se alimenta, qué hábitos son malos y cuáles saludables para mejorar el resultado del tratamiento, porque normalmente el paciente se asocia a la inversa y se tiene la percepción de que el paciente oncológico pierde peso y es todo lo contrario: los pacientes que engordan son los que corren más riesgos», ha agregado el investigador.
En este sentido, el estudio, que se llevó a cabo durante cuatro meses sobre 103 pacientes varones con una edad promedio de 62 años, revela que un 23 por ciento tenía un diagnóstico previo de diabetes tipo 2 y, de estos, un 9 por ciento se encontraba en tratamiento con metformina y el 8,5% por dislipidemia.
«Así como en el cáncer de mama y en el cáncer de ovario, incrementar de peso dentro del tratamiento supone un riesgo de recaída, no sabemos si esto es así también en próstata. Esto es lo que trataremos de averiguar en la segunda parte del estudio, aunque realmente lo que hemos hecho previamente ha sido estudiar una situación que era conocida, pero no evaluada hasta el momento en nuestro centro. Ahora contamos con los datos que nos indican que es similar a otros estudios y trataremos de dar una solución», ha concluido el responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de MD Anderson Madrid.
Evaluación de prevalencia del cáncer
El objetivo de los especialistas era evaluar la prevalencia de estos eventos y determinar cuál era la situación nutricional de los pacientes de nuevo diagnóstico, antes del inicio del tratamiento y de cualquier intervención médica, para corroborar la posible relación entre grasa abdominal y tumores prostáticos.
Para ello, se utilizaron procedimientos antropométricos que incluyeron la evaluación de la relación peso/talla, mediciones del perímetro abdominal, pliegues cutáneos y parámetros de imagen que señalan la presencia de grasa abdominal y masa muscular, utilizando tomografía computarizada (TAC) bajo la supervisión diagnóstica del servicio de Urología.
Por otro lado, también se registró el consumo alimentario habitual de cada uno de los pacientes, así como su medicación. Se determinó que el consumo medio calórico de este grupo de pacientes era superior a 2.200 kcal cuando sus necesidades no superaban las 1.700 Kcal con una dieta elevada en grasas saturadas y azúcares.
Asimismo, más del 80% de los pacientes consumía alcohol de manera habitual. «No tomaban solo una cerveza o una copa de vino de forma esporádica, sino que incluían alguna bebida con alta graduación alcohólica en prácticamente todas las comidas. Además, un porcentaje elevado era fumador», ha puntualizado Robledo.