Los controles urológicos, vitales en el cáncer de próstata sin síntomas y en estadios precoces
Se diagnostica de forma sencilla en estadios precoces gracias a una analítica de PSA y no esperar a tener síntomas, que suelen aparecer en estadíos más avanzados
Los síntomas suelen cursar en el tracto urinario inferior: disminución del calibre a la hora de orinar, intermitencia a la hora de orinar, goteo cuando está finalizando la micción, urgencia o ganas imperiosas de ir al baño
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El equipo de Urología de Quirónsalud Málaga se suma al mes de la salud masculina y al día internacional del hombre, que se marcó el 19 de noviembre, para concienciar sobre la importancia de someterse a controles periódicos, algo a lo que parecen estar menos predispuestos que las mujeres y que en parte contribuye a que los hombres fallezcan 4,5 años antes que las mujeres por razones principalmente prevenibles.
El paciente varón suele esperar a que venga el problema antes de hacerse una revisión, pero está demostrado que el diagnóstico precoz del cáncer de próstata tiene mucha repercusión sobre la salud, ya que cambia mucho el pronóstico de diagnosticarlo en un estadio temprano a un estadio avanzado. Entre los cánceres exclusivamente masculinos, «el cáncer de próstata es el más habitual en hombres y el tercero más mortal. En contraposición, el cáncer testicular es muy poco frecuente, aunque dejado a su evolución natural, lleva a la muerte al 85% de los enfermos en el curso de 2 a 5 años», avanza el doctor José Ángel Gómez Pascual, jefe de Urología del Hospital Quirónsalud Málaga.
Por todo ello, es vital enfatizar en la «importancia de la prevención y la necesidad de revisiones anuales a partir de los 50 años, controles que deben hacerse desde los 40-45 años si se tiene un familiar de primer grado que ha padecido un cáncer de próstata o si se tiene el gen BRCA2 positivo, que está relacionado con un aumento del riesgo de presentar ciertos cánceres, como el cáncer de próstata», advierte el doctor Álvaro García Valverde, especialista en Urología de Quirónsalud Málaga.
Según los expertos, suele ser habitual en consulta que los hombres den normalidad a algo que no lo es y quizá el paciente ni sea consciente de ello. Y esa mala dinámica incluso empeora en casos en los que el paciente sí es «consciente de que hay cierta anormalidad, pero asume que es un problema de la edad y relativiza, por ejemplo, que por ser mayor se tiene que orinar mal; que es como si asumiéramos que por ser mayor tenemos que tener cataratas y ver mal y que no se operasen las cataratas», expone el doctor García Valverde.
El equipo médico reconoce que la edad contribuye a ciertas complicaciones, pero no por ello hay que evitar soluciones. «Como eres un paciente mayor, orinas peor. Sí, es un hecho. Pero si orinas mal es porque tienes un problema, al menos debes descartarlo, como puede ser la hipertrofia prostática, que tiene fácil solución. Desde tomar un tratamiento médico hasta una cirugía. Hoy en día hay cirugías muy poco invasivas y en un mes estás haciendo una vida mucho mejor a la que tenías antes del diagnóstico», apunta el urólogo.
Lo primero: revisiones. Un chequeo urológico rutinario se completa con una consulta clínica con analítica de PSA, una exploración prostática, una uroflujometría y una ecografía prostática o una resonancia magnética multiparamétrica de próstata, que muestra de forma más precisa si existe algún tipo de lesión sobre la que se sospeche y que sustituye a la biopsia de forma aleatoria.
El cáncer de próstata se suele diagnosticar en estadios precoces gracias al PSA y cuando suele dar clínica suele tratarse de estadios más avanzados. Los síntomas suelen cursar en el tracto urinario inferior: disminución del calibre a la hora de orinar, intermitencia a la hora de orinar, goteo cuando está finalizando la micción, urgencia o ganas imperiosas de ir al baño.
Es el tumor maligno más frecuente entre los hombres; tanto es así que uno de cada cuatro hombres padecerá cáncer de próstata alguna vez en su vida, con una incidencia en nuestro país de más de 27.000 nuevos casos cada año. «Es una enfermedad silente, que cursa sin síntomas en la mayoría de los casos, pero que también tiene una alta tasa de curación si se detecta a tiempo y se diagnostica rápidamente, lo que hace imprescindible recurrir a los últimos avances tecnológicos para el mejor diagnóstico de la enfermedad, como es el caso de la biopsia de próstata por fusión, la técnica más innovadora y precisa en la detección del cáncer de próstata», advierte el doctor Gómez Pascual.
El equipo de Urología de Quirónsalud de Málaga emplea la biopsia de próstata por fusión de imagen mediante resonancia magnética y ecografía transrectal, lo que permite biopsiar con exactitud el tejido exacto en el que se presuponen células cancerígenas. «Con la resonancia multiparamétrica de próstata podemos valorar tanto la necesidad de una biopsia de próstata como, en el caso de tener que realizarla, el área en la que hay que dirigir la toma de muestras; lo que evidencia que la biopsia por fusión es la herramienta clave diagnóstica de los últimos tiempos, al permitir ajustar el nivel de detección del cáncer de próstata más allá del 95%, sin ir a ciegas, sin falsos negativos… De todas las herramientas diagnósticas disponibles, la biopsia por fusión es la que arroja la información más definitiva, tanto es así que permite diagnosticar un 30% más de cánceres agresivos, que hubieran pasado desapercibidos por la biopsia clásica», explica el jefe del servicio de Urología.
Por otro lado, el cáncer de testículo es un tumor poco frecuente, representando el 1 a 2% de todas las neoplasias en varones, pero es el más común entre hombres de 15 a 35 años. La población más afectada es la comprendida entre los 20 a 40 años Se ha observado un aumento en su incidencia en los últimos 40 años.
Eso sí, alerta el doctor Gómez Pascual, que «dejado a su evolución natural, lleva a la muerte al 85% de los enfermos en el curso de 2 a 5 años. Sin embargo, si lo tratamos adecuadamente, hoy día es uno de los tumores malignos con menos mortalidad (5%) y ello se debe a la mejora de los métodos diagnósticos y a un tratamiento más eficaz».
Respecto al diagnóstico «objetivaremos una masa testicular en la exploración física donde el signo principal es la presencia en casi todos los casos de una masa intraescrotal dura, no dolorosa a la presión y sin alteraciones del epidídimo ni el cordón espermático».
Según el responsable de Urología, el retraso en el diagnóstico de la masa es frecuente, siendo la demora media de 3 a 6 meses, «generalmente debido a un mecanismo de negación del paciente, que es habitual en estos tipos de tumores y que llevan al diagnóstico tardío en un porcentaje no despreciable de casos, ya que el 10% son diagnosticados al acudir al médico por la sintomatología que producen las metástasis».
El éxito del tratamiento está basado en realizar un diagnóstico lo más precoz posible del tumor primario y lo más exacto del estadio clínico de la enfermedad, ya que ambos van a ser decisivos en la elección de la pauta terapéutica. Así que, «una vez más y como un mantra: prevención, acudir al especialista ante síntomas y detección precoz».