Menos del 50% de la población española reconocería los síntomas de un ictus

Cada año se producen en España entre 110.000 y 120.000 nuevos casos de ictus. Es una enfermedad cada vez más prevalente que debe ser tenida en cuenta. Además y a pesar de que ante cualquier síntoma de ictus se debe llamar al 112, menos del 50% de la población española reconocería los síntomas de un ictus y sabría cómo actuar.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cada año se producen en España entre 110.000 y 120.000 nuevos casos de ictus y, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo el año pasado, más de 24.000 personas fallecieron debido a este problema, siendo más de 34.000 personas las que desarrollaron una discapacidad por esta enfermedad.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades cerebrovasculares agudas o ictus representan la tercera causa de muerte en el mundo occidental, la primera causa de discapacidad física en las personas adultas y la segunda de demencia.

Una gran parte de la población no reconocería los síntomas de un ictus

Según datos de la SEN, en España, solo un 50% de la población sabría reconocer los síntomas de esta enfermedad. Además, el Código Ictus, que es el sistema de atención sanitaria que se activa al llamar a emergencias con síntomas de ictus, solo se llega a utilizar en aproximadamente el 40% de los casos que se atienden actualmente en los hospitales españoles.

Teniendo en cuenta que un ictus mata dos millones de neuronas cada minuto, es, por tanto esencial, que toda la población conozca en qué consiste.

Cuáles son sus causas

Mayo Clinic nombra que hay dos causas principales de accidente cerebrovascular: una arteria bloqueada (accidente cerebrovascular isquémico) o una filtración o una rotura de un vaso sanguíneo (accidente cerebrovascular hemorrágico). Algunas personas pueden tener solo una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro, conocida como un ataque isquémico transitorio (AIT), que no causa síntomas duraderos.

Cuáles son sus síntomas

• Pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo.
•  Alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender.
• Alteración brusca de la visión
• Pérdida brusca de la coordinación o el equilibrio.
• Dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.

El numero de casos puede seguir aumentando porque hay un envejecimiento poblacional, y la gran mayoría de los casos se dan en personas mayores de 65 años.

Si bien es importante remarcar que no es algo exclusivo de los mayores: aproximadamente el 10-15% de todos los ictus ocurren en personas menores de 45 años e incluso, aunque raros, se pueden dar casos de ictus infantil.

Factores de riesgo

El factor de riesgo más importante para la aparición de ictus es padecer hipertensión. Pero también otros como el tabaquismo, el sedentarismo, la mala alimentación, la obesidad, el alcoholismo, el consumo de drogas, la genética, el estrés o padecer fibrilación auricular, colesterol o diabetes.  Y muchos de estos factores son modificables o controlables.

Según los expertos, con la aparición de nuevos procedimientos y fármacos y la implantación cada vez mayor de Unidades de Ictus, que han conseguido mejorar sustancialmente el pronóstico de esta enfermedad, la mayor herramienta que tenemos actualmente para combatir el ictus es la prevención.

Previsiones

Ahora bien, si no tomamos medidas, en los próximos 10 años, en Europa, aumentarán un 45% las muertes por ictus y un 25% el número de supervivientes de ictus con discapacidad. Además, teniendo en cuenta que, en el 40% de los casos, el ictus deja importantes secuelas que impiden a los pacientes la realización de actividades cotidianas, lo que ya genera un coste no sanitario superior a los 6.000 millones de euros anuales en Europa.

Según la revista española de cardiología, al contrario de lo que ocurre en otras enfermedades vasculares, el ictus es una entidad heterogénea tanto en sus diferentes formas de presentación clínica como en su etiopatogenia diversa. Sus factores de riesgo y su pronóstico a corto y largo plazo también varían según el subtipo de ictus.