Juanjo López, médico de Alcaraz: «La clave para ser el número uno es la constancia en los hábitos»
"Adoptar rutinas saludables conlleva esfuerzo y nos proporciona una enorme ventaja a nivel físico y mental", explica a OKSALUD el reconocido traumatólogo y médico de élite de Carlos Alcaraz, el Dr. Juanjo López
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Los hábitos son los encargados de mejorar o empeorar nuestra salud y por tanto, nuestra calidad de vida. Adoptar rutinas saludables conlleva esfuerzo y nos proporciona una enorme ventaja a nivel físico y mental, tal y como explica en entrevista a OKSALUD, el reconocido traumatólogo y médico de Carlos Alcaraz, el Dr. Juanjo López.
En su libro «Hábitos para ser el número 1» (Espasa), el Dr. Juanjo López comparte la sabiduría acumulada durante años de experiencia en consulta trabajando con deportistas de alto rendimiento como Carlos Alcaraz. Adoptar rutinas saludables conlleva esfuerzo, pero nos proporciona una enorme ventaja a nivel físico y mental porque tal y como declara “los hábitos nos definen”.
En esta entrevista, el Dr. López destaca la importancia de los hábitos saludables y cómo estos pueden transformar la calidad de vida y el rendimiento físico y mental. Desde la constancia en el deporte hasta la relevancia del descanso y la alimentación adecuada, el doctor revela los pilares de una vida plena y productiva, adaptados a cualquier edad y nivel. Además, subraya el valor de la prevención y la mentalidad positiva en el camino hacia el bienestar integral.
PREGUNTA.- ¿Qué le motivó a escribir «Hábitos para ser el número 1» y compartir su experiencia con un público más amplio?
RESPUESTA.- Sobre todo, es transmitir en un libro, en formato lectura, el mensaje que transmito a diario en la consulta a mis pacientes. Al final, yo recibo gente en la consulta que tiene dolores, le duele la rodilla, le duele la espalda… Y la gran mayoría de las veces el paciente busca una solución a corto plazo, una pastilla o ese «tratamiento milagroso», cuando, realmente, esos tratamientos son muy cortoplacistas, no son milagrosos y la mayoría de ocasiones incluso pueden ser perjudiciales. Entonces, lo que busco en el libro es transmitir es un mensaje basado en seguir hábitos de salud, con unos hábitos sólidos que se van entrenando poco a poco y mediante un lenguaje en primera persona (de mis experiencias con pacientes, conmigo mismo y con Carlos Alcaraz), intentar que este mensaje de los hábitos les llegue y, de esta manera, tengan una mejor calidad de vida, porque la gente que vive con dolor es gente que tiene una calidad de vida muy reducida. Lo que busco es, sobre todo, transcribir ese mensaje que doy en consulta a los pacientes, transcribirlo en un libro adaptado a todas las edades y a todos los niveles, para que la gente mejore su calidad de vida.
P.- ¿Cuál fue el mayor desafío al que se enfrentó al trabajar con Carlos Alcaraz y cómo lo superaste?
R.- El mayor desafío de trabajar con Carlos Alcaraz es, primero, la exigencia de estar con el número uno más joven de la historia. Y uno de los desafíos concretos que más he tenido ha sido el que acabamos de pasar. Venimos de una lesión en el brazo que nos ha hecho que la gira de tierra sea bastante difícil para todos y, ahora mismo, en lo que hago esta entrevista, acabamos de ganar Roland Garros. Al final, superarlo se consigue siendo fiel a los conocimientos y al criterio médico y teniendo mucha unión en el equipo: con el fisioterapeuta, con el preparador físico… Estamos trabajando muy unidos y confiando en que vaya adquiriendo hábitos y respetando los tiempos biológicos de depuración, para conseguir salvarlo. Ahora mismo, los resultados nos han dado la razón otra vez porque hemos salvado muchas lesiones. Pero al final, el mayor desafío siempre son las lesiones y más con un deportista con tanta exigencia como es Carlos Alcaraz.
P.- ¿Podría compartir algunos hábitos específicos que considera esenciales para mejorar la calidad de vida y el rendimiento tanto físico como mental?
R.- Para mí el hábito más importante debe ser el deporte. El deporte nos va a cambiar la vida, nos va a permitir ser mucho más felices y es un hábito que se entrena, como todos los hábitos. Y, dentro del deporte, mi mayor consejo es empezar con el trabajo de fuerza. Y mi consejo también es que sea un trabajo de fuerza supervisado, es decir, poniéndose en manos de profesionales del deporte que nos guíen, que nos vayan formando en cómo hacer ese trabajo de fuerza. Y, se lo digo a todo el mundo y la gente después me lo ratifica, todas las personas cuando lleva esos tres meses de trabajo de fuerza continuado (con ese trabajo de fuerza de voluntad, de ir a entrenar aunque no tengamos tiempo intentar e sacar ese tiempo aunque sea por la mañana temprano) llega un momento en que se vuelven «adictas» a ese ejercicio de fuerza, porque son tantas las endorfinas que te da, es tan buena la sensación de terminar ese deporte, que te cambia la vida. Además, cuando haces deporte, después descansas mejor, que es otro hábito que para mí es básico. El descanso es el entrenamiento invisible. Te alimentas mejor y eres una persona más amable, más ordenada y todo. Por tanto, para mí ese sería el principal hábito a trabajar de inicio y después todos los demás van prácticamente cogidos de la mano.
P.- ¿Cómo equilibra su vida profesional, como médico de alto perfil y autor, con sus responsabilidades como marido y padre de una familia numerosa?
R.- El equilibrio en mi vida lo consigo con el orden. Al final soy una persona que, gracias a los hábitos que he ido adquiriendo y, aún tengo que mejorar, voy bastante ordenado. ¿Eso qué implica? Pues que, si quiero ir a entrenar a las siete de la mañana, me tengo que acostar temprano. Entonces, llevo el ritmo de mis hijos. Trato de acostarme con ellos porque ellos se acuestan, digamos, temprano para lo que es el horario español y me levanto bastante temprano para poder ir a entrenar, pero ya he descansado mis horas. También trato de cenar antes de ir a la cama, trato de leer siempre antes de descansar para adquirir un descanso mejor, más reparador. La alimentación la llevo muy muy cuidada con alimentos que son alimentos reales, intentando buscar alimentos que no lleven etiquetas, muy basada en la verdura y en la fruta. Y, de esta manera, sobre todo basado en el hábito del orden, he conseguido compaginar mi vida profesional como médico traumatólogo con mi consulta particular, como médico de Carlos Alcaraz y como padre de familia numerosa y marido. Sobre todo, el orden es lo que más me ayuda.
P.- ¿Cuál es la lección más importante que ha aprendido a lo largo de su carrera médica que quisiera transmitir a tus lectores?
R.- La lección más importante que he aprendido en mi carrera es una cosa que hablo también en el libro, que en la sanidad pública se hace poco, y quizá también fue uno de mis cambios profesionales, y es que la prevención es la base de la salud, de la calidad de vida. Por eso el tema de los hábitos. Por el problema existencial que hay en la sanidad pública, que hay muy poco tiempo de atención al paciente, se hace muy poca prevención. Y cuando hablo de prevención, hablo de gestión de hábitos. Gente que tiene dolores crónicos, gente que tiene estrés crónico… Hay que intentar trabajar los hábitos del descanso, del deporte, de la alimentación correcta y predicar con el ejemplo y hacer esa prevención, que es lo que al paciente realmente le va a dar la calidad de vida y no muchas veces la cirugía o la medicación. Entonces, creo que apenas con la prevención y uno de los motivos de escribir este libro es que la gente se dé cuente de que gran parte de su calidad de vida, gran parte de su felicidad y gran parte de su éxito tanto a nivel personal como profesional, depende de los hábitos de salud que adquiramos.
P.- ¿Qué papel juega la mentalidad en la adquisición y mantenimiento de buenos hábitos según su experiencia?
El papel de la mentalidad es súper importante porque cuando hablamos de mentalidad hablamos de fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad es el hábito más importante y va muy relacionado con el deporte, porque si tú eres deportista y tienes el hábito del deporte y tienes fuerza de voluntad, vas a ir a entrenar, aunque haga frío, aunque estés cansado, aunque ese día no te apetezca, porque tienes el hábito ya hecho. Entonces, esa mentalidad, esa fuerza de voluntad es clave. Lo importante luego es lo que se entrena. A veces no nos gusta alimentarnos bien o no queremos ir a entrenar, pero si tenemos ese hábito y lo vamos entrenando, llega un momento en el que nos lo pide el cuerpo. Entonces cambia esa mentalidad, cambia esa fuerza de voluntad, se va entrenando poco a poco. Por tanto, considero que es básica y es la clave de todo.
R.- ¿Cómo adapta los hábitos saludables a las necesidades individuales de sus pacientes, considerando que cada persona es diferente?
R.- Cuando hablo de hábitos a los pacientes se tiene que adaptar según edades, experiencias, según dolor, según lesión. Pero lo importante en este caso es poniéndose en manos de profesionales. Por ejemplo, si queremos conseguir el hábito de alimentarnos mejor, que es uno de los hábitos que mucha gente piensa que lo tiene y realmente mucha gente se alimenta mal, pues tenemos que ponernos en manos de profesionales de la nutrición. Si queremos entrenar bien y evitar lesiones, tenemos que ponernos en manos de profesionales del deporte. Al final, eso tiene que ser adaptado a cada uno, según el tipo de lesión o tipo de salud. Yo siempre aconsejo ponernos en manos de profesionales y empezar poco a poco, no tenemos que volvernos locos y de repente cambiar totalmente nuestros hábitos, sino que es una cosa que es progresiva. Y solo con una gestión de esos hábitos y esa manera lenta, pero sólida, yo siempre digo a la gente que van a notar cambios a partir de los cuatro meses, más o menos, los cambios son cada vez más notorios. La gente al final, cambiando sus hábitos, mejora muchísimo. El feedback de cuando a una persona le comentas todo esto y lo vuelves a ver es tremendo. Quizá el leerlo, quizá el verlo en el libro, sea muy importante para que la gente se dé cuenta de que la gran mayoría de la gente no tiene hábitos sólidos.
P.- ¿Qué consejo daría a alguien que está luchando por mantener la constancia en sus rutinas saludables?
R.- El consejo que le daría a esas personas que están luchando por mantener los hábitos es que esa lucha cada vez va a ser menor. De ahí el entrenamiento de estos hábitos. Yo me pongo mi ejemplo, cuando empecé a trabajar la fuerza al principio me costaba muchísimo despertarme temprano para poder llevar mi vida e ir al gimnasio a mover peso y era como un castigo, pero a día de hoy lo hago. Como he descansado bien, sé que las endorfinas y la satisfacción de tener el trabajo hecho va a ser tan grande, pues voy al gimnasio a las seis y media de la mañana y no me cuesta ningún trabajo, porque ese hábito lo he ido entrenando y además mi cerebro sabe que me sienta bien y que la satisfacción va a ser muy alta. Por tanto, en este caso mi consejo es que la gente siga manteniendo esa lucha porque poco a poco va a ser menor y se van a encontrar cada vez mejor, el hábito se va a instaurar y llega un momento en el que no te cuesta ningún trabajo.
P.- ¿Qué impacto espera que su libro tenga en los lectores y qué cambios le gustaría ver en sus vidas después de aplicar los hábitos qué propone?
R.- Pues el impacto sobre todo es en calidad de vida. Las personas que se alimenta bien, que tienen un descanso muy reparador, que hacen deporte de forma frecuente, que son ordenadas y amables, son mucho más felices y se sienten como un número uno a nivel personal porque son felices de verdad y son buenos amigos, buenos padres… Y además tienen éxito a nivel profesional porque van al trabajo, son más creativos, son más proactivos, son gente mucho más eficiente a nivel laboral. Por tanto, el impacto sobre todo es a nivel de felicidad y calidad de vida, tanto a nivel personal como a nivel profesional. Hay un hábito también que reflejo mucho en el libro y es el tema de la epidemia de la pérdida de atención, que también lo comento bastante. Es otra de las cosas en las que quiero que este libro tenga impacto en la gente, que se den cuenta de que pasamos muchísimas horas de nuestro día pegados a una pantalla y que poco a poco tenemos que ser conscientes de que nos está robando la atención y tenemos que intentar vivir un poco más en esa vida real, incluso antes de dormir, intentar leer antes de ir a la cama para tener un descanso más reparador y no estar tan pegados a las pantallas. Así que, sobre todo, es que el lector consiga mejorar su calidad de vida y, en definitiva, sea más feliz.