UK: irse de Europa tiene un coste definitivo

La degradación manifiesta por la que transita el antiguo Imperio Británico tiene estos días un corolario de dimensiones históricas relativas al conflicto eterno entre Irlanda y la metrópoli londinense. Esa es una de las consecuencias del Brexit impulsado en su día por el malhadado premier actual Boris Johnson que tiene encima de su mesa un problema muy serio.

Definitivamente, el ex premier Tony Blair llevaba razón cuando en su libro de Memorias (“Para que conste”) avanzaba que ya se puede describir una cierta decadencia en las Islas de Winston Churchill.

La gran decisión fue abandonar la Unión Europea entre la irresponsabilidad y el jolgorio. Ahí tienen las consecuencias: que el Reino Unido de la Gran Bretaña se ha convertido en un conjunto de predios que cada cual quiere ir por su camino: Irlanda del Norte, Gales y Escocia que desean seguir bajo el paraguas de la UE. Un aviso a los que aquí en España y desde los extremos ponen “peros” a esa pertenencia a un club que, evidentemente, tiene problemas, pero cuya existencia superior hay que saludar como idea y como proyecto de vida.

¿Se imaginan a España en la situación actual sin contar con el respaldo de una gran multinacional política como la Unión Europea? Curiosamente, son aquellos que más las pían acercan de la unidad nacional española los más reticentes al avance unitario y a la cesión de soberanía.  No se dan cuenta que si se ha podido frenar el proceso independentista catalán ha sido porque Europa lanzó un serio aviso al secesionismo.  Lo de Escocia -abocada a un nuevo referéndum de autodeterminación-es un botón de muestra.

Curiosamente, en España los más reacios a que Europa avance son los extremos. Quizá porque la UE representa aquellos valores que los extremos rechazan y esos extremos tratan de imponer los suyos claramente incompatibles con los de la Unión.

Insisto: el Brexit no sólo posibilitó que un país eternamente retardatario en el seno de la UE haya abandonado las instituciones europeas. Está posibilitando que el Reino Unido estalle en mil pedazos. Dentro de muy poco no habrá quien quiera salvar a Su Graciosa Majestad.