Tebas no puede lavarse las manos ante el «escándalo Mediapro»
Como informa OKDIARIO, la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, en Brooklyn, ha ofrecido a el que fuera fundador, accionista y número dos de Jaumes Roures en Mediapro, Gerard Romy , que asuma su culpabilidad y «tire de la manta» contra la cúpula de la productora si quiere evitar una condena casi segura de más de 20 años de cárcel.
Como venimos informando, la mano derecha durante dos décadas de Roures fue procesado a mediados de marzo por la Corte Federal de Brooklyn en el conocido como ‘fifagate’, un caso en el que la filial norteamericana de Mediapro pagó mordidas millonarias a altos directivos de la FIFA para obtener los derechos televisivos del Mundial de fútbol.
La acusación coloca a quien fuera la mano derecha del editor del diario Público cuando se pagaron las comisiones ilegales frente a unos delitos que son perseguidos en Estados Unidos por la ley RICO, que se aprobó en 1970 para combatir a la Mafia: pertenencia a crimen organizado, que incluye la extorsión y la coacción; fraude electrónico y lavado de dinero, por el uso de dinero negro que pasó por paraísos fiscales y que estaba dirigido para la comisión de un delito.
La Fiscalía de Nueva York intentará profundizar en la supuesta trama urdida desde España para corromper a los dirigentes de la FIFA. Esa investigación pondría a Jaume Roures y Tatxo Benet -entonces socios e integrantes junto a Romy del triángulo de poder en la productora catalana- en el punto de mira de la Justicia norteamericana.
Con independencia del proceso judicial, lo que carece de todo sentido es que, en estas circunstancias, Mediapro pueda seguir ostentando el monopolio de de la explotación de los derechos del fútbol por televisión en España. Al presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, corresponde tomar cartas en el asunto, porque ya no estamos ante sombras de sospecha, sino delante de una actuación judicial que demuestra, con pruebas, la existencia de prácticas corruptas. Tebas no puede mirar para otro lado, porque los cargos que se le imputan a la mano derecha de Roures son gravísimos y está en juego, por extensión, la imagen reputacional de la Liga de Fútbol Profesional.