Sánchez espanta la creación de riqueza

Sánchez espanta la creación de riqueza

El Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez exhibe todos los tic reaccionarios del marxismo decadente: detrás de un gran empresario, la izquierda gobernante ve siempre a un codicioso sin escrúpulos que progresa a costa de exprimir a los más débiles. El último ejemplo lo tenemos con la campaña de estigmatización de las eléctricas que el Ejecutivo diseñó para salvar su pellejo ante la subida del precio de la luz. El sablazo a las eléctricas fue vendido por el Gobierno como un acto de justicia social, cuando en realidad no era otra cosa que un intento, bastante chusco, por cierto, de endosarle a las grandes compañías nacionales la culpa de una situación que, en buena parte, se debe a la incapacidad y falta de previsión de un Ejecutivo indolente en grado en sumo. Para salvar su pellejo, Pedro Sánchez generó un caos y quebró el principio sagrado de la seguridad jurídica. Demonizando a las eléctricas, el Gobierno no ha conseguido otra cosa que espantar a la inversión extranjera, atónita ante el comportamiento de un Ejecutivo que es capaz de expropiar los beneficios de las empresas a golpe de decreto.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán -el mismo que soporta en España la campaña de estigmatización de la ultraizquierda-, ha sido recibido en Londres por el primer  ministro británico, Boris Johnson, quien tuvo para él palabras de agradecimiento: «Gracias por tus inversiones y compromiso que proporcionas a este país. Tú siempre serás bienvenido». Johnson no arrastra como Sánchez  los viejos tic del marxismo decadente y tiene una concepción liberal de la economía que sabe valorar lo que representa que una multinacional como Iberdrola haya decidido invertir en el Reino Unido. En España es diferente porque el Gobierno confunde la protección social con el intervencionismo puro y duro. Al final, el socialcomunismo espanta la creación de riqueza, por la sencilla razón de que invertir un euro en España con este Gobierno es un ejercicio de alto riesgo.

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