Recuperemos ya la dignidad y decencia de España

Un pueblo ha de respetarse a sí mismo y no puede caer en la apatía intrascendente, pues ello le llevará a su autodestrucción. Un pueblo ha de reencontrarse a sí mismo en los mejores ejemplos que nutre su historia. Un pueblo ha de tener la determinación de luchar contra el enemigo que le acecha si no quiere desaparecer. Un pueblo ha de creer en su fuerza moral y ha de perseverar en ella, como base y mejor herencia que transmitir a las siguientes generaciones.
Un pueblo no puede caer en el suicidio por el hecho de que sus enemigos le obliguen a ello.
Un pueblo ha de tener la autoridad y la autoestima suficiente para decir no a la injusticia.
Un pueblo ha de regenerarse moralmente a perpetuidad como el arma implacable y definitiva para su subsistencia.
Un pueblo ha de creer y aplicar firmemente los valores imperecederos que le sustentan para transmitirlos incólumes siempre en beneficio del conjunto de la sociedad.
Un pueblo ha de dar ejemplo a diario si quiere progresar en armonía y ganar así su presente y su futuro.
España está sufriendo el mayor ataque conocido en tiempos modernos desde dentro de sí misma.
España está siendo atacada también desde fuera como en épocas cruciales de su historia.
España tiene un Gobierno que jamás tuvo en su historia. Un Gobierno aliado con el ejemplo más significativo de la perversidad.
España tiene un presidente del Gobierno que enarbola como jamás hizo antes nadie la mentira y la traición como manera de actuar.
España tiene un presidente del Gobierno que acaudilla el ataque permanente a la nación que gobierna.
España tiene un presidente del Gobierno que fomenta el odio y la desunión de los españoles, y pacta su puesto con golpistas y filoterroristas.
España tiene un presidente del Gobierno que encabeza y ejemplifica un golpe de Estado de última generación, copiado del perpetrado en Cataluña.
España tiene un presidente del Gobierno cuya guía es la corrupción y cuya inspiración es el modus operandi de los prostíbulos, saunas, lupanares y proxenetas.
España tiene un presidente del Gobierno que lo es exclusivamente gracias a esa inspiración prostituida del proxenetismo, nada ejemplar, corrompida y detestable.
España tiene un presidente del Gobierno siniestro, tenebroso, prostibulario, lupanario, y lo es gracias a la compra abyecta de votos golpistas y ensangrentados.
Pero España es España… y no es un burdel. España no es el resultado, ni el modo de proceder del cobro de los servicios de una sauna gay o de los servicios de las casas de citas y de todo lo que de sus métodos de trabajo deriva… España no es, en absoluto, todo lo delictivo que propicia esa forma de entender la vida…
España es exactamente todo lo contrario a esa deplorable y perniciosa manera de entender la vida, a esa filosofía y acción impuesta por un presidente del Gobierno, que nada en ella.
España es un pueblo que se inspira en alegría de vida, en principios y valores imperecederos, en el bien, y no en la depravación de los lupanares.
España es un pueblo forjado a sí mismo en mil batallas… con errores, pero muchísimos más aciertos.
España es un ejemplo y cúmulo de acciones de primer nivel en todas las materias imaginables.
España es precursora de los mayores avances de la humanidad, de la civilización cristiana y Occidental, de los derechos humanos y de la democracia… y por tanto de la dignidad en su máxima expresión y dimensión.
España es tierra honrada, solidaria, sacrificada, honesta, noble.
España es paradigma de la libertad, de la verdad, de la palabra dada, del respeto.
España es ejemplo de conciencia, de valor, de honor, de rectitud, de limpieza de comportamiento, de caballerosidad.
España es derroche de simpatía, de afabilidad, de bonhomía, de ayuda, de sonrisa.
Nuestra misión…. la del pueblo de España… la del español… es afianzarnos en lo que somos, reafirmarnos en lo que nos preside, rescatar nuestro ser eterno, brillar de nuevo… y desterrar para siempre este mal, oscurísimo y perverso sueño en el que nos quieren hacer permanecer y obligarnos a continuar hipnotizados.
España es la grandeza de su pueblo y no la miseria de quien quiere su secuestro y destrucción.
Rearmemos nuestro arsenal moral, y seremos imbatibles. Un presidente del Gobierno indecente y que no respeta nada… ni el comportamiento básico y sus normas, no respeta ni la democracia ni sus fundamentos, no respeta ni a los españoles ni a su dignidad, y no se respeta ni a sí mismo, no puede imponer ese comportamiento, ni esa falta de respeto a una nación.
Llega un nuevo tiempo. El tiempo de recuperar e imponer – aquí sí – la decencia, la rectitud, el comportamiento honesto, la dignidad, y con todo ello y para ello, recuperemos la necesaria actitud y fuerza moral de los españoles.
Por encima de cualquier consideración, España ha de recuperar ya y de forma inmediata su dignidad. Ello está muy por encima de ideologías o de cualquier otro circunstancia. Hay algo que se llama dignidad y decencia y España merece volver a esa dignidad y decencia totalmente mancilladas día a día por su presidente del Gobierno.