El PP ha ganado, el PSOE no ha perdido
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Éste es el dictamen que debe extraerse una vez conocido los resultados de la noche-sorpresa que, contra todas las luces de la razón y todos los pronósticos- ha estallado en unas elecciones que nadie pudo imaginar en su totalidad. Es fácil ahora mismo regodearse en el fiasco de las empresas de sondeos y más fácil recurrir a ese tópico al que tan aficionados somos los españoles.
Es mentira, y por ponerlo en francés: este no ha sido un déjà vu. Mentira, que no se lo apunte nadie porque nadie lo había previsto, tampoco los encargados de las muestras. Y si esto es cierto, lo es más que aún es pronto, estamos muy cercanos a los resultados finales, para analizar a vuela pluma qué es lo que realmente ha pasado.
A todos se nos ocurren razones, incluso podemos argüir que en los últimos días de campaña algo como esto se podía prever. ¿En qué se han equivocado Feijóo y sus asesores? Pues lo diremos vivamente: en suponer que el partido estaba ganado de antemano. Recuerda a este cronista lo que el ejemplar jugador y técnico del Real Madrid Luis Molowny siempre expresaba en los inicios de una confrontación futbolística: «Esto lo vamos a jugar, al final diremos quién ha ganado».
Pues, tras escuchar la admonición de Sánchez, está claro que va a intentar reeditar su paso por La Moncloa. Con seguridad que, como bien dijo Abascal, el presidente en funciones del Gobierno, va a presentarse a la reelección. Como el propio Sánchez presumió, intentará sacar voluntades «debajo de las piedras». Y en eso va a estar desde ahora mismo. Ya se puede asegurar que el PNV se echará en sus brazos, siempre y cuando le ofrezca regalías y le deje, casi artificialmente, apostar por una independencia que siempre es, y será, la asignatura pendiente de los herederos de Sabino Arana. En el otro lado del río político se queda el PP, que no tiene la menor posibilidad de juntar una mayoría para gobernar. Ha vencido, pero no ha logrado su objetivo básico: derogar el sanchismo. Cuenta Feijóo desde luego con una mayoría absoluta en el Senado que puede entorpecer, alargar, los procesos legislativos.
Esto es lo que ha ocurrido en una noche muy dura para el PP que no apunta a un éxito irrefutable. Estamos en una doble situación: Sánchez puede componer una alianza con toda la escoria que le ha acompañado hasta ahora. La segunda alternativa es que, a primera vista, lo que se nos viene encima es una repetición de las elecciones. Esa es la más efectiva posibilidad. Esa y el marronazo que le ha caído al Rey para intentar el encargo a un candidato que pueda sumar escaños en el Parlamento. Lo peor es que se ha visualizado lo siguiente: estas elecciones no han servido nada para España.
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- Elecciones Generales 2023