Pegasus, un bumerán contra el Gobierno
Temor en Moncloa a que el numerito del espionaje al Gobierno montado por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, pueda volvérsele en contra. Y es que el titular del juzgado de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, pretende aclarar cuestiones relativas al espionaje que sufrieron a través de sus móviles el presidente y la ministra de Defensa. Y es que cuando se produjeron los hechos, mucho antes de lo que dijo el Gobierno, la seguridad de las comunicaciones gubernamentales dependía directamente y únicamente del Departamento de Seguridad Nacional y una subdirección específica ya suprimida a las órdenes de Bolaños, en tanto que era secretario general de la Presidencia. O sea, que su obligación era vigilar los móviles, más aún cuando ya había sido reiteradamente advertido por el CNI.
El Gobierno se arrogó la condición de víctima de espionaje para cargarse a la directora del Centro Nacional de Inteligencia para contentar a sus aliados separatistas, pero el espionaje del que fue objeto se debió a la negligencia del mismísimo Bolaños, que puso en peligro la seguridad del Estado (y eso puede ser constitutivo de delito). Y en esas estamos: el juez le ha citado en calidad de testigo, condición que podría cambiar tras sus manifestaciones en sede judicial. De ahí el miedo del ministro, que ha pedido declarar desde su despacho. El Gobierno ha intentado eliminar todo rastro sobre los causantes de no haber garantizado la seguridad de los teléfonos del presidente y sus ministros, pero el juez quiere saber quién era el responsable. Y lo tendrá delante: Félix Bolaños.
En conclusión: que el numerito de Pegasus amenaza con convertirse en un bumerán para el Gobierno. Si pensaban que de esa forma iban a salir airosos se han equivocado de cabo a rabo. A este Gobierno, por su incompetencia, le crecen los enanos. Ya no les llega la camisa al cuello.