Marlaska, camaleón acabado

Marlaska
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Se ha sabido que hace unas cuantas semanas el todavía ministro del Interior, Fernando Grande (lo de Marlaska es un invento para camuflarse en Bilbao) insistió ante su adorado jefe que deseaba dejar el palacete de Castellana 5 y mimetizarse con el olvido.

Como no podía ser de otra manera, el gran superviviente Sánchez se negó en redondo y le pidió un poco más de aguante. ¿Dónde iba a encontrar a otro (a) ministro del Interior dispuesto a inmolarse personalmente por el presidente del Gobierno? ¿Dónde iba a encontrar don Pedro un titular de Interior capaz de venderse a sí mismo? ¿Donde, acaso, encontraría un miembro del Gobierno que no tiene reparo en pelotillear obscenamente a Sánchez en presencia del resto de los ministros? Porque éste es en esencia Fernando Grande, el ex juez que traicionó a todos… por un planto de lentejas en el ¡Válgame Dios!

Mariano Rajoy no quiso enterarse de mucho cuando las circunstancias le convirtieron en presidente tras el desastre de Zapatero. Pero, esto hay que reconocérselo, tuvo la pituitaria suficiente como para no comprar mercancía política averiada en la persona de Marlaska; éste, utilizando su proximidad y amistad con Mercedes, una hermana muy querida por el gallego, quiso que Rajoy le nombrara fiscal general del Estado o lo que fuera… Mariano dijo nones.

A partir de ahí, el juez de la Audiencia Nacional, colocado incluso en el CGPJ a instancias del PP, buscó fortuna propia en las proximidades de aquel muchacho ridículo del 2016 llamado Pedro Sánchez. Pero, oiga, la vida está llena de sorpresas y ésta llegó en forma de moción de censura inspirada por un tal Iván, materializada por Iglesias y difundida por Ábalos.

Y en esto, Marlaska, ministro del Interior. Han pasado siete años y su vademécum podría ser estudiado por algún tribunal en los que otrora vistió toga.

La historia siempre es una caja de sorpresas.

Lo último en Opinión

Últimas noticias