Condenado a 6 años de prisión un ‘taxista pirata’ por violar a una pasajera en Tabernas (Almería)
La defensa del 'taxista pirata' magrebí insiste en que pagó dinero a la víctima
El ADN del acusado en la ropa interior de la víctima, clave en la condena

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha ratificado una pena de seis años de prisión para Abderramán Al H., un «taxista pirata» de origen magrebí que violó a una pasajera en Tabernas, Almería. La Sala rechaza el recurso de interpuesto por la defensa del condenado, a quien también se le imponen seis años de libertad vigilada y la prohibición de comunicarse ni acercarse a menos de 300 metros de la mujer durante un periodo de doce años, entre otras penas accesorias.
La violación tuvo lugar el 20 de septiembre de 2020 cuando la víctima solicitó los servicios del acusado, al que ya conocía con anterioridad, para desplazarse desde el barrio almeriense de El Puche hasta Tahal, ya que se dedicaba a prestar servicios de ‘taxi pirata’.
Una vez llegó el vehículo, la mujer se subió en el asiento del copiloto e iniciaron el viaje hasta que, al llegar a una zona próxima al poblado Mini Hollywood de Tabernas, el procesado detuvo el vehículo en un lugar apartado de la carretera con la excusa de que debía orinar.
Tras la violación abandonó a la víctima
El violador, tras descender del coche, se dirigió hacia el lado del copiloto y abrió la puerta para dirigirse a la pasajera, a la que dijo que «le gustaba» y cogió de la cabeza con la intención de darle un beso en los labios. La víctima lo rechazó y trató de quitárselo de encima de un empujón, ante lo que el acusado reaccionó «de manera agresiva», con lo que la inmovilizó al cogerla por los brazos de espaldas y la agredió sexualmente.
Cuando el ‘taxista pirata’ acabó de violar a la mujer, el procesado se marchó en el vehículo y abandonó a la víctima en ese lugar. La mujer llamó a sus padres, que fueron a recogerla y la llevaron a un centro de salud, desde donde fue conducida después al Hospital Universitario Torrecárdenas de la capital para ser explorada y atendida de las lesiones que padecía.
La sentencia señala la existencia de indicios suficientes para estimar que la relación sexual «fue forzada y no consentida» así como que el acusado «usó violencia física para vencer la resistencia» que oponía la mujer, no solo por su versión de los hechos sino por las lesiones que presentaba y el estado de algunas de sus ropas, que estaban rotas.
Del mismo modo, la Sala apunta que, si bien las conversaciones entre ambos revelaban que había una «relación de amistad», este hecho no afecta a la credibilidad del testimonio de la víctima, en cuya ropa interior y zona íntima se halló ADN del acusado.
Las pruebas indiscutibles de la violación
El informe del forense, ratificado en el juicio, fue una de las claves de la condena al confirmar la violencia de la agresión sexual. La víctima presentaba múltiples erosiones en el cuello, el pecho y la zona anal plenamente compatibles con la violación.
Además, los expertos hallaron ADN del acusado en la ropa interior de la víctima, confirmando el relato de la mujer.
El ‘taxista pirata’, por su parte, reconoció que tuvo relación sexual con la víctima, aunque insistió en que fue consentida y que pagó a la mujer por ello. Si embargo, tal y como explica la sentencia, el taxista acusado de violar a la mujer no pudo justificar las lesiones violentas que presentaba la víctima y el motivo por el que la ropa de la mujer había sido hecha jirones durante los hechos.