Historia

Por qué Donald Trump ha elegido Alaska para reunirse con Putin: el mensaje subliminal de EEUU a Rusia

La 'América rusa' es posiblemente uno de los episodios menos conocidos de la historia

Los planes expansionistas de Rusia llegaron al otro lado del Pacífico, aunque Alaska acabó en manos de EEUU

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Paula M. Gonzálvez

Donald Trump será el anfitrión en Alaska de la reunión para abordar un acuerdo de paz con Vladímir Putin que ponga fin a la guerra de Ucrania. Aunque, si retrocedemos en el tiempo casi 160 años, de haberse celebrado entonces ese papel lo habría desempeñado Putin. La América rusa es, posiblemente, uno de los episodios coloniales más olvidados, el de la presencia de Rusia en el Pacífico, el único de ultramar del imperio.

Aunque el Imperio español (en el siglo XV) y los británicos (s. XVIII) consideraron a Alaska como parte de su territorio, fueron los rusos quienes llevaron a cabo la expedición de las costas de la península, cuando los planes expansionistas de Pedro I el Grande llegaron al Pacífico tras la conquista de Kamchatka.

A principios del siglo XVIII se desconocía aún si había mar entre Asia y América, una duda despejada por las expediciones de Vitus Bering, K.P. von Verd y Alekséi Chírikov. En la segunda de ellas pudieron comprobar que el mar separaba el continente de la costa americana, tras 7 años de exploración a los que se sumaron 3 más para alcanzar América del Norte. En 1741, llegaron al sur de Alaska, al monte San Elías, y comenzaron a crear asentamientos temporales durante las expediciones.

No fue la ambición de aumentar el imperio lo que motivó que los rusos colonizaran Alaska, fueron las pieles -principal producto de exportación ruso-, de las que quedaron prendados cuando la tripulación volvió a casa: eran de nutria marina. De hecho, la actividad que introdujo a Rusia en la economía global fue el negocio peletero. Logró monopolizar absolutamente todo mediante una alianza con EEUU, al crear una empresa semiprivada.

Exploradores y comerciantes fueron el origen de una comunidad rusa que estableció su asentamiento permanente en Nuevo Arcángel, actualmente Sitka, en 1808. Ésta era la capital de la América rusa y uno de los puertos comerciales más potentes del Pacífico Norte.

Alaska, una ganga para EEUU

Sin embargo, el Imperio ruso nunca logró el desarrollo esperado, el reflejo del esplendor de la época de los zares, dada la barrera de la distancia respecto de la metrópolis. La rusa era una colonia poco poblada, conformada por los rusos, los nativos y los indígenas de Siberia. Vista la escasa rentabilidad, el zar Alejandro II no tuvo problema alguna en vender Alaska en 1867.

Para tomar la decisión, se reunió con funcionarios de alto rango y con su hermano en San Petersburgo, en un encuentro secreto. Tres meses después, EEUU desembolsó 7,2 millones de dólares (el equivalente a más de 100, teniendo en cuenta la inflación) por Alaska y puso fin a la América rusa. Una ganga.

De esta historia sale más de una lectura sobre el lugar escogido por Trump para reunirse con Putin, Alaska. ¿Se trata de un guiño del presidente de EEUU al mandatario ruso? ¿O es una forma de trasladarle el mensaje de que EEUU siempre tiene el control del territorio? Sea como sea, se trata de un lugar significativo.

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