No todo es silencio cómplice con los podemitas
La denuncia de VOX contra Pablo Iglesias por blanqueo de capitales es un oasis en medio del silencio cómplice que se ha adueñado de gran parte de la España política e informativa desde el pasado viernes, cuando OKDIARIO publicó que Iglesias había cobrado 272.000 dólares provenientes de Venezuela en el paraíso fiscal de Granadinas. Silencio en el mejor de los casos, ya que también hemos recibido amenazas, tanto individuales como colectivas, así como múltiples ataques a través de las redes sociales y, lo que es peor, procedentes de otros medios que hacen de la profesión un pesebrerismo constante. Todo ello por el mero hecho de apostar por un periodismo de investigación y denuncia. Una campaña de acoso y derribo que este medio digital ha aguantado de la manera que mejor sabe: poniendo negro sobre blanco las pruebas que certifican la veracidad de la información.
El partido de Santiago Abascal ha reaccionado con la valentía y honestidad que se le presupone a una formación democrática dentro de un país libre: «Con esta denuncia se pretende instar a la investigación de unos hechos que constituirían graves delitos contra nuestro Estado». Una senda que ya había comenzado el presidente de la Asamblea de Venezuela. Al tiempo que lucha contra la carestía de comida y medicamentos provocada por la dictadura de Nicolás Maduro, Henry Ramos Allup aseguró el pasado sábado que tiene la prueba documental de dicha transferencia a favor del secretario general de Podemos.
Un pago que, para mayor gravedad, se efectuó en 2014, cuando los morados ya estaban constituidos como partido político. De hecho, el Servicio Antiblanqueo venezolano alertó del mismo, pero el Gobierno de Maduro enterró la denuncia como entierra cada día el bienestar y la libertad de sus conciudadanos. Ante estas evidencias, cotejadas y documentadas, el temor ha coartado muchos de esos juicios y análisis que eran meridianos a la hora de hablar de otros nombres y apellidos vinculados con los paraísos fiscales. En ocasiones, es bueno recurrir a los clásicos para explicar los distintos contextos que acaecen en el presente. Como dijo el maestro Miguel de Unamuno: «A veces, el silencio es la peor de las mentiras».