No hay un euro para un fármaco eficaz contra el cáncer de mama, pero sí para el desfile del Orgullo
Si los criterios económicos se anteponen a los criterios de salud pública, el resultado es que el muy progresista Ministerio de Sanidad de la muy progresista médico y madre Mónica García es el culmen de la hipocresía, pero, en este caso, con riesgo de muerte. Y es que la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM) ha rechazado en su última reunión la financiación de un revolucionario fármaco que ha demostrado sorprendentes resultados en el tratamiento del cáncer de mama.
Se trata del capivasertib, registrado como Truqap, en combinación con fulvestrant, que fue aprobado el año pasado para el tratamiento de pacientes adultos con cáncer de mama localmente avanzado o metastásico. Los criterios del ministerio, asumiendo la eficacia del fármaco, fueron de «racionalización del gasto público» y de «impacto presupuestario», además de «la existencia de medicamentos u otras alternativas terapéuticas para las mismas afecciones a menor precio o inferior coste de tratamiento». Eso sí, Mónica García se gastó miles de euros en decorar su ministerio con motivo del Orgullo.
En el análisis global de pacientes se observó una disminución del 40% del riesgo de progresión o muerte en el grupo de pacientes tratadas con capivasertib-fulvestrant, pero aun así el dato no fue suficiente para conseguir que Mónica García diera su visto bueno a la financiación. El año pasado, la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos, pese a sus reticencias iniciales, aprobó dos fármacos indicados en cáncer de mama metastásico, Enhertu y Trodelvi.
El medicamento tenía un coste de 5.500 euros para un ciclo de 21 días de tratamiento, y España era uno de los pocos países europeos que se habían negado a financiarlos. El departamento alegó también su «impacto presupuestario» y los «criterios de racionalización del gasto público». Las propias pacientes impulsaron una campaña de recogida de firmas para pedir a Sanidad que rectificara y aprobase su financiación.
Asimismo, Sanidad se negó a financiar un medicamento para tratar a los niños afectados por leucemia linfoblástica aguda (LLA), el anticuerpo monoclonal blinatumomab. Se trata del cáncer infantil más frecuente, con aproximadamente 300 pacientes pediátricos diagnosticados cada año en España. Resulta obsceno que quienes dilapidan los recursos públicos untando a los suyos sean capaces de hablar de «racionalización del gasto» cuando lo que está en peligro es la vida.