Luna de miel para tres
Despotismo, soberanía ilimitada, o poder absoluto, es lo mismo para Sánchez. Diseñó un Gobierno oligárquico con la única pretensión de convertirse en emperador durante décadas. Hasta aquí, su maniobra, resulta magistral, aunque sea arbitraria y desde todo punto de vista, diabólica. Este aprendiz de brujo invocó poderes que le superaron y un limbo se apoderó de sus células. Ahora flipa en colores, cree estar envuelto en celestes vibraciones y anda fuera de su acuerdo. 48 años de mercader, sin patria ni convicciones, han distorsionado gran parte de su cerebro y oxidado enteramente su corazón. Medrar, trampear, mentir, produjo sus frutos y hoy es, “don Pedro el Grande”, nuestro nuevo káiser. Una vez más el tiempo agita las calamidades del alma, pero sin detener sus funestos efectos.
Sánchez gobernó tras comprar para sus fines, a muy alto precio, a la hiena Iglesias. Dicho tipo, experto en abusos, inventor de patrañas y que mete la pata con una puntualidad escalofriante, va de atrocidad en atrocidad, de charco en charco y todo le sale, rotundamente mal. Afortunadamente, porque su proyecto estrella, digno de una persona que se define a sí misma como “marxista convertido en psicópata”, es apoyar un referéndum que logre acabar con la Monarquía. Sólo se le ocurren sandeces para fomentar la paz social, igual que su parienta, que cada vez que abre la boca o la tapa de los fogones del ministerio de Igual-da sorprende con una apoteósica receta: “sopas lésbicas”. ¡Toma ya! Las criaturas educadas en vuestra ideología corren el peligro de terminar como vosotros, completamente perturbadas.
Ahora la hiena se ha sumido en un hondo silencio mientras su pareja se toca la frente, temerosa de padecer un rebrote. Los mal pensados, a los que me sumo, afirman que los enamorados de Galapagar tienen una única y muy malévola intención: desprestigiar al Gobierno. Sin embargo, Sánchez, de cuya palabra hemos de fiar, porque no miente nunca, lo niega: “La coalición con Podemos está bien soldada”. No estaría de más que los denostados amantes bolcheviques adquirieran un cargamento de Super-Glue para tapar las fisuras de última hora. El cianoacrilato suelda más que cualquier palabra dada por Pedro el Grande. Que un emperador, por egregio que sea, también se saca de la manga una purga cuando lo estime oportuno y sin avisar.
Caracas, antes o después, os aguarda, muy feliz pareja de tramposos. Seguro que ZP, os consigue un buen precio en 1ª, lugar reservado para millonarios de vuestra categoría. Billete de ida, con escala en Cuba para besar al hermano de Fidel, antes de echaros en los cálidos brazos del dictador de Venezuela. Su hijo, y sucesor de la dinastía bolivariana, Nicolasito, hará de gorila y os enseñará el manejo de las maracas. El viaje de luna de miel al fin os va a salir gratis. ¡Qué bien vivís los nuevos ricos comunistas! Si todo esto ocurre, cosa que desea mucha gente, don Pedro el Grande va a dormir a pierna suelta.