Es lo que tiene alimentar a las hienas: nunca tienen bastante, Pedro Sánchez
Resulta un sarcasmo que los herederos políticos de una banda de asesinos pretendan que el Gobierno socialcomunista actúe contra Vox por su «discurso del odio». Los odiadores que llevaron su inquina al extremo de segar la vida de un millar de personas exigen al Ejecutivo de Pedro Sánchez que «adopte una actitud firme para enfrentar y evitar la proliferación y normalización de estos mensajes por el riesgo creciente que suponen para los derechos y libertades de toda la ciudadanía». Los hijos de quienes descerrajaban tiros en la nuca, quienes trituraron los cuerpos de tantos españoles a los que cercenaron de cuajo su vida, sus derechos y sus libertades vienen ahora a dar lecciones de democracia.
Lo grave no es lo que piensan, sino que ese discurso vomitivo que en cualquier país democrático del mundo sería motivo suficiente para apartarlos de la vida política lo utilizan como chantaje a un Gobierno que los ha convertido en socios fundamentales, dispensándoles un trato preferente que supone un agravio y una indignidad para cualquier demócrata. Las hienas cuidando del rebaño democrático, qué indecencia, qué ignominia y qué esfuerzos hay que hacer para mantener la calma. Bildu pide la ilegalización de Vox y el Gobierno de Sánchez les escucha atentamente.
Sin citar expresamente a Vox, pero refiriéndose de forma implícita a la tercera fuerza del país, Aizpurua y Matute han trasladado al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, la necesidad de que Sánchez intervenga «ante el auge de los discursos y actitudes de odio crecientes por parte de la extrema derecha, que impregnan la esfera pública y condicionan la agenda política».
En suma: quieren que Vox, primero, y todos los que no les bailan el agua, después, sean ilegalizados. Lo dicen ellos, herederos de quienes dejaron su odio impreso en las aceras manchadas de sangre. Ellos, que tienen cogido por la entrepierna a un Gobierno que cabalga a lomos de la indecencia más insoportable. Es lo que tiene alimentar a las hienas: nunca les parece bastante, Pedro Sánchez.