A los lazis les va a caer la del pulpo

A los lazis les va a caer la del pulpo

Llega la hora de aceptar certezas y rechazar embustes. El proceso contra los rebeldes aclara que no se está juzgando a presos políticos sino a reos enrejados por haber subvertido la legalidad vigente con medios ilegales. El TS afirma que lo de los peligrosos asilvestrados fue un golpe de Estado de libro. He ahí la diferencia entre verdad y mentira. Los que van de mártires son delincuentes, al menos que la sentencia, cuando salga, se olvide de aplicar el Código Penal. Tras lo oído y visto en ese circo que han montado los sediciosos, es muy probable que les caiga la del pulpo.

Cuatro meses duró la infame palinodia que pretendía vindicar ante sus Señorías la aprobación de las leyes de desconexión del Estado Español, unida a la Declaración de Independencia en el Parlamento de Cataluña. El alud de faltas de respeto, fingidos brotes amnésicos, torpes fábulas e hilvanadas trolas que han tenido que soportar los togados, merece que los prácticos del Derecho que defienden la Justicia sean aplaudidos. La paciencia del juez Marchena también es de elogio. Nuestros pacificadores, aparte del saber, mostraron gran educación frente a esta tribu de vulgares  mercaderes sublevados.

Los 12 del patíbulo, por no decir los 12 caciques del golpe sentados en el banquillo. Para darle un aire cinematográfico a la infamia pues todos conspiraron “con el propósito de liquidar la Constitución”, según la Fiscalía, atentando contra la herramienta básica que protege y sostiene la convivencia de los hispánicos. De eso va la película, de aquel folklórico Referéndum de chichinabo que arruinaría el futuro de los honestos catalanes y mandaría a esos catalufos ya citados a lamer barrotes. Querían romper España, no pudieron y sólo lograron dejar a las provincias catalanas bajo mínimos, sumidas en el caos.

Vivimos tiempos de pactos y cambalaches políticos en que cualquier gobierno, sin excepción, estará en manos de minorías. Tiempos de componendas, donde antes o después quienes ansíen el poder habrán de tratar con traidores. Teniendo, como tenemos, un presidente en funciones tahúr, amigo de las trampas y obcecado con eternizarse al frente del ejecutivo, lo peor puede suceder. Más aún si oculta el as de los indultos bajo la manga. Quevedo nos alertó: “Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir”. Lo que mal empieza, mal acaba. Que se lo pregunten a los 12 del patíbulo.

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