¿Habrá elecciones limpias en Baleares?
Desde que Pedro Sánchez metió sus garras en Correos primero y en Indra después la sospecha del pucherazo está al cabo de la calle. A fin de cuentas, ese fue el sistema que empleó el propio Sánchez para ganar las elecciones internas del PSOE, escondiendo una urna detrás de una cortina. Los últimos acontecimientos no han hecho otra cosa que alentar una duda que, a tres días de los comicios, no hace sino acrecentarse: ¿habrá elecciones limpias en Baleares? Desgraciadamente nadie puede garantizarlo.
Bien harían todos los partidos en extremar las medidas de seguridad porque están ante un rival que juega con las cartas marcadas. Feijóo ha llamado hoy en Valencia «al voto masivo» en respuesta al fraude electoral del PSOE y eso es especialmente preocupante en las islas porque las encuestas auguran un máximo equilibrio entre las fuerzas. Cada voto comprado o manipulado vale su precio en oro. El Govern va a depender de que un escaño caiga hacia un lado o hacia otro. En este escenario es fácil comprender lo decisivo que puede ser el resultado del sufragio por correo.
El PSOE ha demostrado que no se detiene ante nada. Ni siquiera ante la ley. Las compras de votos descubiertas en Melilla y en Mojácar son sólo la punta del iceberg y no hay ninguna garantía de que no esté sucediendo lo mismo en Baleares. Todo lo ocurrido, además, no hace sino demostrar, por si a alguien le quedaba alguna mínima duda, cuál es el verdadero objetivo de la llamada masiva a la inmigración ilegal.
Francina Armengol los llama «vulnerables» en un ejercicio de hipocresía máxima. Le importan tanto o menos que las niñas tuteladas por el Consell que han sido abusadas y que sí son de verdad «vulnerables». Los ha traído a las islas en masa, poniendo en grave peligro la seguridad ciudadana, porque buscaba en ellos un caladero de votos socialistas. ¿Cuántos de ellos con capacidad para votar han recibido dinero o regalos a cambio de comprometer su papeleta al PSOE? Lo que está pasando en España es digno de una república bolivariana, pero a eso es a lo que está llevando al país la izquierda. Y a pasos agigantados salvo que se solucione el próximo domingo. Si es que las elecciones son limpias, por supuesto.