Cierren ya TV3 y los medios nacionalistas

Cierren ya TV3 y los medios nacionalistas

Todo el mundo veía la relación entre los medios nacionalistas, públicos o concertados, y el auge del procés. Ahora ya lo saben seguro: existe una relación causal. Directa. Lo vivido estos años en Cataluña ha sido una pesadilla, para los de esta comunidad y también para el resto de España. Aún esforzándose cuesta pensar en razones para el consuelo en esta situación de polarización obstinada. Que nuestro martirio no haya sido en vano podría ser uno: por lo menos que el cuerpo lastimoso de lo que queda de Cataluña pueda ser utilizado por la ciencia para curar a las generaciones venideras. Para lo único que puede servir todo el sufrimiento, económico, político, social y moral, es para que la investigación puntera en lo social abra caminos para dilucidar cómo empezó, cómo pudo crecer y cómo vamos a arreglarlo. Y que aprendan de ello los demás países.

Nadie más autorizado para ello que Josep M. Oller (UB), Albert Satorra(UPF) y Adolf Tobeña (UAB). Les invito a leer, si no lo han hecho ya, lo que no tengo reparo en calificar como un informe revolucionario sobre el inicio, auge, desarrollo y predicción de lo que se ha llamado procés en Cataluña. Y es revolucionario porque hasta ahora había habido una negligencia clamorosa en analizar fenómenos sociales, tanto dentro de nuestras fronteras como fuera, con el microscopio de la ciencia. Y tenemos un trabajo que señala hallazgos que permiten encontrar los vectores culpables de la brecha entre ciudadanos no nacionalistas y los que sí lo son de forma inequívoca.

Basándose en la serie completa de datos de los sondeos oficiales del CEO (la agencia de sondeos del gobierno catalán), el informe “Evolución y legados de la aventura secesionista en Cataluña: fronteras lingüísticas, influencia de los “media” y estratos económicos en una sociedad dividida” nos muestra cómo han ido cambiando los sentimientos identitarios de los catalanes a lo largo del período 2006-2019.  Pueden acceder aquí en castellano y ha sido publicado en medios tan prestigiosos como Policy Network, aquí se puede leer.

Los catalanes hemos asistidos estupefactos a una erupción secesionista que era irrelevante y minoritaria antes del 2010. A partir de aquí todo fue en aumento hasta hacer posible una «Declaración de Independencia» que acabó en la aplicación del 155. El trabajo de los autores se centra en, en primer lugar, en esta evolución de los sentimientos identitarios de la que hemos hablado entre los que tienen el catalán como lengua materna versus los que tienen al castellano como la suya. Como ya suponíamos, el secesionismo tenía su apoyo más alto entre los ciudadanos nacidos en Cataluña y también entre los que tenían, al menos, un progenitor nacido allí, con un máximo favorable (75%) para los individuos con una larga ascendencia nativa. También hemos ido descubriendo durante este tiempo que apoyar o rechazar la secesión dependía del nivel de ingresos, siendo más acentuado en las rentas más altas.

Todo esto lo pueden ver en el estudio, donde se resalta muy especialmente el efecto de la abrumadora presión social de la exposición ubicua de símbolos separatistas, en particular en las instituciones de todos. También del silenciamiento social de la mayoría catalana no secesionista. Pero quiero centrarme en la influencia de los medios separatistas: se halló que los cambios importantes en la evolución in crescendo de la identidad nacional «sólo catalana» dependían, por supuesto, de la lengua familiar/materna, pero también de haber sido expuestos o no a los medios públicos regionales. “La relevancia de esas co-variaciones se puso de manifiesto mediante contrastes estadísticos robustos”, se dice claramente

Esto debería llevar ya a acciones decididas contra unos medios que están rompiendo la sociedad catalana. Y lo que vemos con desaliento e indignación es a un presidente en funciones que, no sólo no tiene nada pensado al respecto, sino que planea aliarse con los que han cometido esta atrocidad en Cataluña.

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