Cinco comercios centenarios de Madrid que resisten al tiempo


En las calles y barrios de la capital, nos encontramos con negocios que han superado cambios sociales, guerras y crisis económicas. Establecimientos que llevan abiertos más de un siglo y que hoy son testigos de la memoria de la capital española. Aquí te presentamos cinco comercios centenarios que mantienen intacta la esencia de sus fundadores y ofrecen mucho más que un producto: confianza, transmiten cultura y raíces.
J. Araque: Marcos y molduras que cuentan historias
En 1916, José Araque Ruiz, el maestro artesano y su esposa, Juana Blanco, abrieron un taller en pleno centro madrileño, justo en la calle San Bernardo. Allí nacía un negocio especializado en marcos y molduras que pronto se convirtió en referencia. Su trastienda servía como vivienda y el sótano, de bóvedas sólidas, almacenaba maderas y herramientas. Durante la Guerra Civil, aquel espacio sirvió de refugio frente a los bombardeos. Hoy, la tradición continúa bajo el nombre Cuadros Mariam, en la calle Fermín Caballero, 75, gestionado por la cuarta generación de la familia. Entre sus clientes han figurado museos, decoradores y artistas, consolidando un legado que ha sabido adaptarse sin perder la esencia artesanal. Hoy en día es uno de los comercios centenarios de Madrid.
Artesanos del Ibérico Matas: la calidad de Salamanca en Madrid
Ese mismo año, 1916, Juan Matas Martín llegó desde Ledrada, Salamanca, a Villaverde Alto con una carga de jamones. Allí abrió una pequeña tienda en la calle del Baile, desde donde comenzó a distribuir embutidos de primera calidad. En 1922, su familia ya contaba con producción propia de ibéricos, lo que reforzó la reputación del negocio. Desde 1972, la tienda se encuentra en la calle Calamina, donde la tercera generación mantiene viva la tradición. Tras una renovación en 2000, Artesanos del Ibérico Matas sigue ofreciendo a los madrileños embutidos y jamones de máxima calidad, con el sabor y la autenticidad que les han hecho perdurar más de un siglo.
Farmacia Nuestra Señora de Valverde: salud al servicio de los vecinos
En el antiguo pueblo de Fuencarral, cuando aún estaba rodeado de huertas y viñedos, se fundó una farmacia que lleva desde 1913 cuidando a la comunidad. Don Virgilio Casero Crespo adquirió la oficina de farmacia y droguería en la calle Nuestra Señora de Valverde, 71, y ejerció con un firme compromiso: atender a cada vecino de forma personalizada. También destacó por su labor como inspector farmacéutico municipal y profesor en el laboratorio de la ciudad. La gestión pasó a su hijo Luis Casero y, en la actualidad, es su nieta Ángela Casero quien mantiene la botica abierta, fiel a su vocación de servicio más allá del objetivo comercial.
Ansorena: la joyería de la realeza
La historia de Ansorena se remonta a 1845, cuando Celestino Ansorena y Alejandre fundó la joyería. Un año más tarde, la Casa Real española la nombró joyero oficial, título que aún hoy resuena en su escaparate de la calle Alcalá, 52. Desde entonces, Ansorena ha diseñado piezas para reinas y damas de la corte. Alfonso XIII encargó la famosa tiara de flores de lis que Victoria Eugenia lució el día de su boda, una pieza que décadas después portó la Reina Sofía. También se debe a sus talleres la corona de la Virgen del Pilar. Su archivo guarda más de 250 diseños originales, una muestra del trabajo minucioso que ha caracterizado a esta joyería madrileña durante casi dos siglos.
La Antigua Bacaladera: el sabor del mar en Tetuán
En 1917 nació en la calle Lope de Haro, en el barrio de Tetuán, un negocio especializado en bacalao. La Antigua Bacaladera es hoy la tercera generación de una saga que ha convertido este pescado en producto estrella. Además de bacalao de gran calidad, la tienda ofrece legumbres con denominación de origen, conservas, encurtidos y pintxos artesanos. Su propuesta entre la boutique gourmet y la tienda de ultramarinos, mantiene viva la esencia de los comercios de barrio.
El patrimonio vivo que hay en la capital
Estos cinco comercios centenarios proyectan el patrimonio cultural de la capital más allá de los monumentos y edificios. No solo están estos cinco, ni mucho menos, pero cada uno de ellos representa la dedicación de familias que han sabido transmitir un estilo de trabajo, un oficio y una filosofía de vida. Al cruzar las puertas de estos negocios, no solo se elige un producto, sino que también, inconscientemente, nos adentramos en una pequeña parte de la historia de Madrid.
Te recomendamos, además, ir a probar estos restaurantes con menús por menos de 20 euros.