Francia sufrió la cara amarga del deporte tras perder la final del Mundial de Qatar ante Argentina. Los galos, en un ejercicio de proeza, estuvieron a punto de realizar una de las mayores remontadas de la historia en una final de Copa del Mundo. La decepción, como es lógica, fue total al finalizar el encuentro. Mientras los campeones celebraban eufóricos la victoria, se podía apreciar a los derrotados realmente desolados y decepcionados. Por ello, el presidente de la República, Emmanuel Macron, quiso también tener su protagonismo bajando al campo como si fuera uno de la expedición para consolar a los jugadores.

Kylian Mbappé fue uno de los jugadores que se vieron más frustrados en el terreno de juego. Por lo que Macron, en su minuto de protagonismo, trató de consolarle, pero sin éxito. Se pudo ver al jugador realmente serio sin mediar palabra mientras que el ministro hablaba sin obtener respuesta alguna. Después del encuentro, el presidente volvió a enaltecer la figura de la joya francesa.

«Le he dicho que sólo tiene 23 años y mucho tiempo por delante. Ya ha sido mejor jugador de un Mundial, ha ganado otro y ha llegado a una final. Yo estaba tan triste como él». Pero sus palabras no quedaron ahí y siguió hablando de Kylian: «Mbappé nos ha hecho sentir muy orgullosos a todos los franceses».

El presidente francés fue uno de los rostros más importantes en el palco del Estadio de Lusail acudiendo pese a las críticas por parte de la oposición por la trama destapada recientemente sobre numerosos sobornos del país de Qatar a varios ministros del Parlamento Europeo, más conocido como Qatargate. Pese a ello, Macron presenció la final con gran efusividad y se vio al ministro celebrar con gran ímpetu los goles de Mbappé en el propio palco del estadio. Más tarde, bajó al vestuario a dar un largo discurso a los jugadores de su país. Una actuación que la catalogó como»formidable».