Inquietud en el PSOE por que Amedo aproveche un juicio para airear crímenes sin resolver de los GAL
El fantasma de los GAL, cuando tan sólo quedan cuatro meses para que se cumpla el 30º aniversario de su último atentado, vuelve a pasearse por los tribunales españoles. Julián Sancristóbal, ex director de la Seguridad del Estado y uno de los promotores de la guerra sucia contra ETA, va a sentar en el banquillo al policía José Amedo por un delito de amenazas. Y algunos socialistas y ex altos cargos de Interior temen que un simple juicio por amenazas se convierta en un nuevo altavoz para los casos sin resolver de los GAL.
Ambos ya fueron condenados en 1998 por el Tribunal Supremo por el secuestro del comerciante francés Segundo Marey. En aquel proceso, también fueron sentenciados a 10 años de cárcel José Barrionuevo, ex ministro del Interior, y Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, entre otros altos cargos policiales
El Juzgado de lo Penal 25 de Madrid ha señalado la vista oral para el próximo 24 de mayo, en la que Amedo comparecerá como acusado tras la denuncia de quien en 1983 era su superior en Bilbao. Entonces, en el arranque de los Grupos Antiterroristas de Liberación, Sancristóbal era el gobernador de Vizcaya y el subcomisario estaba destinado en el grupo de Información de la Jefatura bilbaína.
Fuentes socialistas han manifestado a OKDIARIO que resulta sorprendente de que este asunto se le haya ido de las manos ya que coincide con el proceso de primarias del PSOE, que la gestora piensa convocar para el 21 de mayo. El pasado domingo, Susana Díaz anunció su candidatura en un acto multitudinario arropada por los ex secretarios generales de su partido, Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba. Y ambos serán protagonistas durante la declaración judicial de Amedo, como ya ha sucedido en otras ocasiones.
González fue el presidente del Gobierno que creó los GAL para combatir a ETA con sus propias armas y Rubalcaba fue el muñidor de la estrategia para ocultar la verdad y manipular los hechos. Desde su cargo de portavoz de La Moncloa sembró una nueva teoría de la conspiración y propagó el eslogan de la pinza antisocialista formada por Aznar y Anguita.
La frase de Felipe González negando su complicidad con la guerra sucia, «no hay pruebas ni las habrá», quedó desmentida por varias sentencias judiciales. El propio presidente fue señalado por el juez Baltasar Garzón como la equis de los GAL. Y Anguita calificó su actitud como el «ominoso silencio».
La sombra de los GAL persigue a Rubalcaba
La sombra de los GAL persiguió a Rubalcaba hasta sus últimas días como secretario general del PSOE. Tuvo que soportar cómo Amedo le envió un burofax y una carta certificada a la sede de Ferraz a finales de 2011, antes de las elecciones que perdió estrepitosamente con tan sólo 110 escaños.
El subcomisario le decía que, gracias a sus buenas relaciones con el estamento judicial, podía resolver el ‘caso Brouard’ —el senador abertzale asesinado por los GAL en 1985— con los datos que él le facilitaba: unas cuartillas con el relato de los hechos a partir del testimonio de uno de los criminales, Luis Morcillo, que asumía la autoría y acusaba a Sancristóbal como el inductor del crimen, y las copias de las grabaciones magnetofónicas en las que lo reconocía.
Amedo no recibió respuesta de Rubalcaba —sólo el acuse de recibo del servicio de correos—, pero unos meses después un individuo que se hacía llamar Javier Sánchez y que se presentaba como abogado laboralista se personó en el domicilio de Morcillo para persuadirle de que no siguiera adelante con sus acusaciones contra Sancristóbal. Previamente, le había dejado en el buzón de su casa una copia de las transcripciones que el subcomisario le había enviado a Rubalcaba.
El policía de los GAL investigó al personaje desconocido y averiguó que se llamaba Javier Cortés. Se trataba de uno de los detectives de la agencia internacional Kroll en España, la misma que realizó el informe Crillón contra Mario Conde, que Sancristóbal encargó a Luis Roldán y éste pagó con casi 100 millones de pesetas de los fondos reservados facilitados por Narcís Serra. El agente de Kroll está citado como testigo en el juicio contra Amedo.
Enfrentamiento Amedo-Sancristóbal
El enfrentamiento entre Amedo y Sancristóbal se remonta a los años (1988-1994) en que el subcomisario permanecía en prisión por el primer proceso a los GAL. El director de la Seguridad lo visitó a menudo en las cárceles de Guadalajara y Logroño para prometerle de parte del Gobierno el indulto y apoyo económico si se mantenía en silencio. Después, tras los compromisos incumplidos, Amedo tiró de la manta en la Audiencia Nacional y se llevó por delante a Barrionuevo, Vera, Damborenea, Sancristóbal y media docena de comisarios por el caso GAL.
Años después, en 2012, Sancristóbal presentó una denuncia contra el policía por amenazas en el Juzgado número 6 de Majadahonda. Amedo negó los hechos y dijo que su ex jefe lo hacía por venganza. La iniciativa respondía a una estrategia para hacer callar al subcomisario, que lo había denunciado en un Juzgado de Instrucción de Bilbao, en el que aportó nuevas pruebas del ‘caso Brouard’. Entre ellas, la confesión de Luis Morcillo que implicaba a Sancristóbal como uno de los inductores del crimen. Se reabrió el sumario pero fue enterrado por enésima vez sin practicar ni una sola prueba.
No era la primera vez que Sancristóbal denunciaba a Amedo. La anterior ocasión fue el 27 de abril de 1998, un día antes de que el ex subcomisario declarara en un Juzgado de Bilbao en la causa por el asesinato del dirigente abertzale Santiago Brouard. La causa quedó archivada.
La vista oral contra Amedo del próximo 24 de mayo se celebrará sin acusación del fiscal, quien mantiene que «los hechos expuestos no son constitutivos de infracción penal».
Pero la preocupación se ha instalado entre la vieja guardia socialista y ex altos dirigentes del Ministerio del Interior de entonces. El ex subcomisario tendrá la oportunidad de señalar nuevamente a los supuestos responsables políticos de la guerra sucia contra ETA y de la conspiración de silencio para encubrir el crimen de Estado. Podrá repetir una frase con la que ya los retrató desde la cárcel de Guadalajara: “El GAL no soy yo, el GAL sois vosotros”.