Turquía y la Unión Europea se dan cita en Bruselas para rebajar la tensión

Recep Tayyip Erdogan. Foto: AFP
Recep Tayyip Erdogan. Foto: AFP

Mevlet Cavusoglu, el ministro de Asuntos Exteriores turco, se encuentra estos días la capital europea para reunirse con autoridades comunitarias y de la OTAN y avanzar hacia la reconciliación tras unos meses de confrontación diplomática.

El principal escenario de tensión ha sido el Mediterráneo oriental. Además, no sólo ha tenido que ver con los países europeos que allí se encuentran y con los que los momentos de fricción son más habituales. También otros como Alemania o Francia han tenido momentos de tensión en esta región con buques turcos. La injerencia turca en el conflicto libio, sobre el que hay una misión europea para velar por el cumplimento del embargo de armas, ha ocasionado varios encontronazos entre la Armada turca y la francesa o la alemana. La retórica desde entonces entre el mandatario turco y el presidente francés ha ido en ascenso, provocando un problema de calado en el seno de la OTAN y, en menor medida, en la Unión Europea.

Este 2020 también ha traído un incremento de los problemas entre Atenas y Ankara, y que ha obligado a la primera a disparar su presupuesto militar, debido a los intereses turcos de acceder a zonas en las que hay acumulación de hidrocarburos, pero que se encuentran en aguas que Grecia y Chipre consideran propias y que Turquía pone en disputa. Por lo que tanto Grecia como Francia encabezaron en el pasado EUCO de diciembre la necesidad de aplicar sanciones sobre el régimen de Erdogan.

La complicada situación de la economía turca y de la lira, ha obligado a Erdogan a recular y dejar de lado la retórica frentista de los últimos meses para buscar una vuelta a la normalidad en lo que a la relación con la Unión Europea se refiere. Para demostrar esa disposición, el ministro de Asuntos Exteriores turco se reunirá este jueves con el alto representante de la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, con el que discutirá la situación en el Mediterráneo oriental, entre otros aspectos.

Josep Borrell ha manifestado que han visto «una mejora en la atmósfera en general», pero que «siguen preocupados por la situación de los derechos humanos en Turquía». Otros líderes europeos han comentado que la Unión Europea no va a dejarse llevar por las palabras de Erdogan, y esperan hechos concretos que evidencien la intención de desescalar la situación que se vive al este mediterráneo.

Los líderes de los países de la UE volverán a encontrarse en un EUCO el próximo marzo, y para entonces está previsto que Josep Borrell presente un informe sobre las relaciones políticas, económicas y comerciales entre el bloque comunitario y Turquía, ya que la Unión Europea está dispuesta a mantener una línea dura con el país si continúa con las extralimitaciones a pesar de las sanciones impuestas en diciembre. Por eso Erdogan tratará de mostrar su disposición a retomar las buenas relaciones entre Ankara y Bruselas, y que el informe sea lo más favorable posible y evite nuevas actuaciones que afecten a nacionales y empresas turcas. El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, visitó Ankara a principios de esta semana certificar esa intención de Erdogan de limar las asperezas con la UE.

Cavusoglu, que pasará varios días en la capital europea, se reunirá el viernes también con el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, que tomará el pulso de las intenciones turcas de cara a esa cumbre de marzo en la que la extensión de las sanciones debe ser decidida por los líderes europeos y donde la postura de Macron a ese respecto será clave.

El ministro de Asuntos Exteriores turco se reunirá también el viernes con el secretario general de la Alianza Atlántica. Turquía es un socio importante de la OTAN, no sólo por el tamaño de sus Fuerzas Armadas, sino por si posición geoestratégica. Sin embargo, los roces con aquí sí, sus aliados –Grecia y Francia principalmente–, ha provocado que la OTAN haya tenido que investigar los encontronazos en el Mediterráneo, sin que esto, a pesar de la queja francesa, implicase alguna sanción a Turquía. No obstante, el encontronazo sí supuso la salida de los buques franceses de la operación Sea Guardian que se desarrolla en el Mediterráneo, por lo que la actitud turca sí está afectando a la OTAN, y es algo que se tratará entre Stoltenberg y Cavusoglu.

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