Testigos en el aeropuerto cuentan que vieron a personas armadas y luego «fue todo un baño de sangre»
Varios trabajadores del aeropuerto principal de Bruselas, Zaventem, aseguraron ver a varios hombres armados antes de escucharse las detonaciones, «luego todo fue un baño de sangre. Terrible», cuentan las víctimas a varios medios belgas.
Los primeros testigos cuentan que tras las fuertes explosiones dejaron a muchas personas caídas que, en un primer momento, no sabían si estaban muertas o heridas. «Escuché una primera explosión y luego otra segundos después. También escuché a alguien gritar en árabe, pero no entendía lo que decía. Luego reinó el caos. Los techos se derrumbaron y había cuerpos por todas partes. Ayudé a llevar a cinco personas muertas y a muchos heridos cuyas piernas habían sido arrancadas. También había muchos policías heridos», cuenta Alphonse Youla al diario Le Soir.
Valerie se encontraba trabajando en el aeropuerto cuando escuchó las dos explosiones. «Inmediatamente nos tiraron al suelo con los clientes. Los techos se cayeron enseguida. Ayudé a sacar a otras personas junto a un compañero. Fue horrible», dijo en una televisión belga. Asegura que las autoridades alertaron enseguida y comenzaron a socorrer a los heridos. Los servicios del aeropuerto facilitaron autobuses para evacuar a los pasajeros de los edificios.
Una pareja francesa que se encontraba a pocos metros de la explosión, dijo: «Hemos escuchado la primera detonación, nos dimos la vuelta y miramos lo que acababa de pasar y fue justo cuando hubo una segunda explosión a 15 metros. Todo el mundo empezó a correr y nosotros nos escondimos en el garaje del aeropuerto», aseguran.
Philippe Lenaerts es un taxista que todos los martes acude a trabajar con su coche al aeropuerto: «Escuché la primera explosión y me pareció una grúa de construcción que se había caído. Sin embargo, dos, tres minutos más tarde, se repitió, pero vi salir corriendo a gente al lado del edificio. Ahí es cuando supe que pasaba algo», dijo. «Decidí entrar a ver qué es lo que estaba pasando. Fui con un colega. Todo salía volando, había un charco de sangre y muchos heridos. Fue una situación de pánico terrible», asegura.
«Tememos que las personas armadas llegaron después de las explosiones», comentan Antoine y Alan de 16 y 17 años. Tenían que viajar a Londres para tomar un vuelo que los llevase a Tahití de vacaciones. «Estábamos lejos y pensamos que se había caído algo al suelo. Cuando llegamos vimos todo por los aires y tuvimos miedo de que salieran personas armadas. Después vimos a dos policías y nos dijeron que teníamos que salir. Nos llevaron por la aduana y luego hacia la salida 44 de la terminal. Cada vez más personas se congregaban allí a la espera de que un autobús nos llevase al centro del pueblo», dijo Alan.
Bruselas se despertó este martes con dos detonaciones sobre las 7:47 horas en el principal aeropuerto de Bruselas. Más tarde y casi seguido se produjo otras explosión en una estación céntrica del metro. Hubo un cuarto artefacto que no explotó. El fiscal belga parte de la hipótesis de que se trata de atentados suicidas. Bélgica permanece en máxima alerta. El Gobierno ha elevado a 4 el nivel máximo de alerta en todo el país. El Ejecutivo belga ha enviado 225 agentes adicionales para reforzar la seguridad en Bruselas. «Hemos puesto en marcha todos los operativos y una investigación» para comprobar, entre otras cosas, «si hay otros posibles autores que estén huyendo», señala el primer ministro belga, Michel. En cualquier caso, ha dicho, «la prioridad es cuidar de las víctimas y tratar a los heridos».